An:2 E N OV I A S siempre, pero también se atrevieron a hacerlo LA BODA MÁS ESPONTÁNEA la re vista ......................... La recepción del matrimonio de Luisa Cuesta y Francisco Aguiñaga fue en el antiguo patio del claustro de la iglesia Santo Domingo, en el barrio Las Peñas. Ellos prometieron unir sus vidas para con un toque de originalidad y audacia. Para esta boda no hubo necesidad de alquilar ningún local ni de comprar ningún vestido, simplemente ocurrió. Luisa Cuesta y Francisco Aguiñaga estaban juntos cuando una simple pregunta que les hiciera un familiar los llevó a pensar en el matrimonio: ¿Por qué usaban anillos tejidos como si fuesen de matrimonio sin estar casados? Luego de conversarlo, ellos terminaron dirigiéndose al Registro Civil, así de forma casi imprevista. “Luisa temblaba, mis manos sudaban, el juez nos declaró casados y ella empezó a llorar mientras me besaba. Así de repente, ya éramos cónyuges”, recuerda Francisco. Sus testigos fueron dos desconocidos que estaban en el lugar y como Luisa había llevado su cámara, uno de sus amigos, quien también estaba por casualidad en el Registro Civil, les tomó las fotos del casamiento. Como ningún familiar pudo asistir a su espontáneo matrimonio civil, decidieron organizar una ceremonia religiosa para compartir ese momento con ellos. En marzo del 2012 se casaron en la iglesia de Santo Domingo, en el barrio Las Peñas, lugar donde Luisa había vivido durante su infancia. “En dos días les avisamos a los invitados. Reservamos la iglesia, mi abuela se encargó de las flores, unos amigos de la música, ese mismo día una amiga me prestó un vestido corto que fue el que utilicé esa noche y el tocado lo hice yo esa mañana tomándome un café en un centro comercial. Me puse los guantes de mi bisabuela, sus medias nailon y unos zapatos fore ve r21”, recuerda Luisa. Los recién casados habían decidido no tener recepción, así que, luego de la ceremonia, solo hicieron un brindis en el patio de la iglesia y se fueron a celebrar a la fiesta de cumpleaños de uno de los mejores amigos de Luisa. “Resulta que, en lugar de un cumpleaños, todo estaba decorado y organizado como una recepción de matrimonio sorpresa”, relata Fra n c i s c o. “Casi me muero porque mis amigas habían decorado toda la casa con lámparas chinas blancas, globos blancos y serpentinas. Fue la mejor fiesta de mi vida con exactamente las personas que queríamos compartir ese momento”, comenta Luisa. (D.L.)pE Pa re j a s en su e st i l o “Avisamos a los invitados. Reservamos la iglesia, mi abuela se encargó de las flores, una amiga me prestó un vestido... y el tocado lo hice yo tomándome un café en un centro comercial. Me puse los guantes de mi bisabuela, sus medias nylon y unos zapatos forever21. ” Luisa Cuesta 20 ESPECIAL de la revista La pareja en su boda civil.
Expertos en Bodas - La Revista
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