Hágalo usted mismo
Los smartphones son grandes aliados, pero también bastante sensibles a los golpes, y si se dañan las reparaciones suelen ser costosas y tardar a menudo semanas entre que uno envía el teléfono al fabricante y lo recibe de vuelta. Sin embargo, en muchos casos es posible hacer arreglos uno mismo, algo que ahorra dinero pero también exige algo de habilidad.
Antes que nada: no todas las reparaciones pueden ser realizadas por manos inexpertas. Algunas exigen muchos conocimientos técnicos o herramientas especiales. Cuando un smartphone se cae al suelo, lo más habitual es que haya daños en la carcasa o la pantalla.
De muchos modelos se venden carcasas de repuesto que son fáciles sustituir, pero con la pantalla es más complicado. “Las pantallas son normalmente una unidad que está pegada, están formadas por el cristal, la parte táctil y a menudo también el marco de alrededor”, explica Hannes Czerulla, de la revista “c’t”. “Es difícil separarlos sin dañar el resto de componentes”.
Kléber recomienda hacerlo con calor, por ejemplo con un secador de pelo. Pero cuidado: si la temperatura es excesiva se pueden deformar algunos componentes de plástico y después ya no encajan correctamente.
Existe un gran mercado de pantallas de repuesto. Mientras que algunos fabricantes las ofrecen sin problema, en el caso de Apple hay que comprarlas de otra marca. Hay empresas que ofrecen en internet instrucciones precisas de reparación y venden los repuestos y las herramientas necesarias.
Un problema habitual con los smartphones es que la batería deja de funcionar, pese a que el teléfono sigue estando bien. Siempre y cuando esta sea extraíble, es muy sencillo cambiarla por una nueva, comenta Czerulla. Sin embargo, hay que actuar con cautela: si se dobla o se daña de cualquier otro modo al colocarla, podría hincharse y en el peor de los casos, prenderse fuego.
También en el caso de las baterías se recomienda acudir a tiendas serias y ser desconfiado ante las ofertas demasiado baratas.
Otra opción que a veces es posible es cambiar la cámara, si uno puede acceder al módulo y extraerlo. También en este caso los fabricantes suelen preferir el pegado al atornillado, para reducir costes y peso. Como las cámaras son muy pequeñas y van pegadas directamente a la platina, podrían verse dañados los componentes de alrededor.
Respecto de la plantina, Czerulla subraya que “es muy raro que valga la pena cambiarla, porque es muy cara”. Si la platina o el procesador están rotos más vale comprar un celular nuevo.
Internet está lleno de instrucciones prácticas que muestran poco a poco y de forma sencilla cómo efectuar las reparaciones. Pero para un novato puede ser difícil atreverse a poner manos a la obra solo, por lo que una buena opción puede ser practicar con un aparato viejo o pedir asesoramiento a alguien más experto, ya sea entre los conocidos o en los llamados Repair Cafés (cafés de reparaciones), populares en algunos países y en los que hay técnicos que arreglan aparatos. (I)