Dr. Tecno al volante del Nissan Leaf
Estuvimos rodando por las calles de Guayaquil embarcados en el Nissan Leaf, un vehículo 100% eléctrico con múltiples prestaciones, entre ellas, su bajo mantenimiento.
Varias marcas de carros han presentado a nivel global vehículos eléctricos como una forma de entablar un equilibrio con la naturaleza y mantenerla sin emisiones de gases contaminantes (CO2).
Nissan, a través de su representante Ayasa en Ecuador, presentó el Leaf (Leading, Environmentally Friendly, Affordable, Family Car, o sea, coche familiar líder, asequible y respetuoso con el medio ambiente), cuyo modelo surgido de la alianza con Renault, ha estado en el país cumpliendo una amplia agenda de pruebas en distintas ciudades e instituciones.
El Dr. Tecno tuvo la oportunidad de manejarlo, de conocer su funcionamiento y descubrir porqué se ha convertido en el primer vehículo familiar compacto de producción global en algunas ciudades (a nivel mundial se han vendido 180.000 unidades entre el 2010 y 2014).
Al sentarse detrás del volante lo primero que impresiona es la comodidad. Contrario a la percepción de que los vehículos eléctricos son autos diminutos, el Nissan Leaf tiene el espacio de un sedán mediano (4,44 m de longitud, 1,77 m de anchura, 1,55 de altura y pesa 1.465 kg). Tiene cinco puertas, entran cinco pasajeros y un maletero bastante amplio.
Ya en el asiento se despliega un amplio tablero. Heinz Finke, instructor para vehículos eléctricos Nissan, entrega un llavero sin llaves, que solo tiene el seguro para abrir/cerrar puertas. Sí, el auto no enciende como lo hace uno normal. Tiene un botón (se parece al de una aspiradora). Para que prenda, hay que mantener el freno de “manos” activado (en realidad se lo pone y saca con el pie izquierdo) ubicado a la izquierda –junto al pedal de frenos– así como también presionando este último.
Al inicio, coordinar y verificar esto, descoloca. Hay que ponerse el cinturón de seguridad y luego encenderlo. Uno, al estar acostumbrado a un vehículo a gasolina o diésel, espera el ruido del motor, pero nada. Impresiona que sea cero ruidos. De allí todo es muy fácil, nada complicado.
Activado el carro, en el tablero se despliegan todas las indicaciones de ahorro, rango y carga de energía, velocímetro, medidor de temperatura de la batería de ion litio, entre otras. Funciona como un automático: los “cambios” se los hace a través de la “palanca” que más bien es un reductor, una especie de sensor del tamaño y forma de un mouse de computadora. Con un solo toque a la izquierda y arriba el carro va de retro o hacia abajo (drive) el carro avanza. Y un botón en el centro para el modo parqueo.
La propulsión es 100% eléctrica, no es un híbrido. Tiene un motor de 80 kw con una potencia equivalente a 105 caballos de fuerza. Esto permitió que en una subida al cerro del Carmen hasta Puerto Santa Ana, el carro se desempeñara sin ningún problema. Eso sí consumió más energía por lo que no debe acelerarse durante el ascenso. Pero gracias a su sistema de regeneración de energía (Modo B), la autonomía del Leaf comienza a notarse. Esto crea energía en esas condiciones.
Luego tocaría un paseíto en una recta, alejado de un poblado. Se lo probó vía a la costa.
El “pique” fue de 0 a 100 km por hora en casi 11 segundos (se lo puede comparar con la fuerza de salida de un motor 3,5 litros a gasolina). Bastante fuerza para este utilitario.
Hay que tener en cuenta que Leaf es un carro para la ciudad (se estima que en conducción urbana su consumo puede ser de unos 14 kWh/100 km).
La batería puede durar ocho años o más y su carga se hace simplemente conectándola a un tomacorriente doméstico de 110 (se demora 15 horas) o 220 (3 horas y media) y en estaciones de carga, 20 minutos (para el 80% de carga).
La autonomía depende de diferentes factores, como la temperatura ambiental, uso de aire acondicionado, edad de la batería y el comportamiento del conductor al volante.
El Leaf requiere de 24 kilovatios hora (kWh) –en promedio– para recorrer 160 km.
En Ecuador, ¿cuándo?
Carlos Ghosn, CEO de la alianza Renault-Nissan, dijo que “la demanda crece en lugares donde los gobiernos y las empresas se unen para expandir la capacidad de infraestructura, y a medida que más conductores tienen la oportunidad de experimentar el uso de vehículos eléctricos”.
Para la implementación en Ecuador de estos automóviles, en el caso del Leaf, Heinz Finke dijo que “durante el tiempo que venimos trabajando en el proyecto de vehículos eléctricos, hemos tenido el acercamiento y apoyo por parte del Gobierno. Sin embargo, faltan definir requerimientos como el establecimiento de electrolineras para cargas rápidas en puntos estratégicos del país y aquellos requerimientos de importación para vehículos eléctricos (IVA, aranceles para importación)”.
En la página web del Ministerio Coordinador de Producción, Empleo y Competitividad hay un apartado en el que se lee que el Gobierno ha implementado varios incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, entre los que se encuentran: cero arancel con precio FOB hasta $ 40.000, cero IVA para vehículos híbridos o eléctricos, cuya base imponible sea de hasta $35.000 (en caso de que exceda este valor, gravarán IVA con tarifa 12%), cero ICE para vehículos híbridos o eléctricos de transporte terrestre de hasta 3,5 toneladas de carga, cuyo precio de venta al público sea de hasta $ 35.000.
El precio del Leaf aún no está definido para Ecuador, pero podría costar entre 30 y 40 mil dólares. Además se hace referencia a los precios y tarifas, la Agencia de Regulación y Control, Arconel (a través de la Resolución 038-15) propuso un sistema tarifario dinámico que se aplicaría tanto para el consumo energético en domicilio como en espacios públicos.
Amigable, seguro, veloz y cómodo son características de este vehículo que ojalá podamos verlo rodar en gran número por las ciudades ecuatorianas. (A.C.J.) (I)