Édgar Ramírez: Puños panameños
El venezolano Édgar Ramírez encarna a uno de los deportistas más destacados de América Latina, Roberto Manos de Piedra Durán, el boxeador convertido en leyenda viva.
Con 120 peleas en las que conquistó 104 victorias, 69 de ellas por nocáut, nunca nadie tuvo dudas de por qué al boxeador panameño Roberto Durán lo apodaran Manos de Piedra. Parte de su vida ha sido llevada a la gran pantalla por el actor venezolano Édgar Ramírez en Manos de Piedra (Hands of Stone).
Nacido en el humilde barrio de El Chorrillo, en la capital panameña, llegó a convertirse en el mejor peso ligero (135 libras) de todos los tiempos, destacado ampliamente por cronistas deportivos e historiadores boxísticos internacionales como el más grande exponente latinoamericano y uno de los mejores libra por libra de toda la historia del deporte de los guantes. Apodado también como el Cholo, es un ícono de la identidad de su país y llevó esperanza en aquellos momentos en los que la población panameña luchaba por su soberanía.
“Normalmente, el cine en América Latina lleva a los malos a la pantalla y esta vez se está llevando a un hombre bueno. Eso me llenó de mucha satisfacción. Interpretar al boxeador latinoamericano más legendario de toda la historia”, manifestó Édgar Ramírez (El ultimátum de Bourne, Furia de titanes, Punto de quiebre: sin límites).
La película es dirigida por el venezolano Jonathan Jakubowicz y aparte de su coterráneo Ramírez, el elenco lo completan Robert De Niro como Ray Arcel, el entrenador de Manos de Piedra; Rubén Blades como Carlos Eleta, uno de sus promotores; el cantante Usher como Sugar Ray Leonard, uno de los acérrimos rivales del pugilista panameño; y la cubana Ana de Armas como Felicidad Iglesias, esposa de Durán.
Además, la cinta es un esperado homenaje que se le rinde en vida al exitoso deportista de 64 años. Presentada recientemente en los festivales de cine de Cannes y de Panamá, será estrenada el 26 de agosto en más de dos mil salas de Estados Unidos.
El actor
Para el venezolano Édgar Ramírez, la edición 2016 del Festival de Cannes fue inolvidable, pues sus acompañantes fueron dos grandes: el ganador del Óscar Robert De Niro y el campeón mundial de boxeo Roberto Durán.
Aunque en la cinta tienen una destacada participación De Niro y Blades, lo cierto es que el rol protagonista lo tiene el actor venezolano Édgar Ramírez, quien ha señalado que en los dos últimos años –tiempo del rodaje- ha “aprendido que el boxeo tiene todo que ver menos con la violencia, que la pelea se gana y se pierde en la cabeza y de hecho es un deporte que muy poco tiene que ver con la agresividad”.
El actor contó que tuvo que bajar de peso para su interpretación y que vivió en Panamá, donde llegó a entrenar como boxeador junto con Durán para hacer el filme. “Me fui a las zonas de donde salió Roberto y fui a entrenar con su gente para entender mejor los rasgos más característicos de su personalidad y el contexto en el que creció”, comentó Ramírez.
El actor resaltó que Roberto Durán, además de ser un gran deportista, aglutina la identidad del país. “El filme presenta la historia de un buen hombre y cómo este unió al istmo en los años previos y posteriores a la firma del Tratado Torrijos-Carter entre Panamá y Estados Unidos”.
El actor venezolano destacó la figura de Durán. “Panamá es un país con solo 30 millones de personas y ha tenido 29 campeones mundiales de boxeo. El pugilismo allí es como el fútbol en Brasil. Es parte de la vida cotidiana. Roberto Durán ha traído tanta gloria a este país. Él es más que un héroe nacional, es el alma de Panamá. Todo el mundo tiene una historia, una anécdota con él en un bar, un parque o en un restaurante. Él encarna el alma del país. Es realmente increíble”, dijo Ramírez.
Édgar tuvo que aprender a boxear. “Recibí capacitación durante seis meses, que normalmente tomaría años, así que necesitaba poner en marcha todo. Hubo momentos en los que yo estaba haciendo el saco de velocidad, tratando de aprender a mover los hombros, y me dije: ¡Yo nunca voy a aprender esto! Pero con el tiempo, con la práctica, lo logré”.
El director
Para Jakubowicz es su segundo largometraje, luego de que, en 2005, alcanzara relevancia con Secuestro Express. Pero ha sido Manos de Piedra su proyecto cinematográfico más ambicioso sobre la vida de un pugilista latinoamericano. El cineasta retrata el imaginario esplendoroso de la región durante la década de los años ochenta, en torno a Durán y su duelo a muerte con el norteamericano Sugar Ray Leonard.
Rodada entre Panamá y Nueva York, el filme promete consagrar definitivamente la carrera del director, quien ya estaba bajo el microscopio de Hollywood. “De Niro fue –literalmente– el padrino del proyecto. Estuve casi un año trabajando en el guion con él hasta que lo convencí de hacer la película. En ese proceso nos acercamos mucho, por lo que cuando llegó al set ya teníamos confianza. El divismo solo existe en actores mediocres. De Niro es pura generosidad y colaboración”.
¿Y el papel de De Niro? “Ray Arcel se parecía a él en muchos aspectos, de hecho De Niro conoció a Arcel y a Durán mientras filmaba Toro salvaje (1980). Durán era en ese momento campeón mundial y el actor lo estudió mucho. Para nuestra película, se afeitó parte de la cabeza, para verse medio calvo como Arcel, caminaba diferente, fue una transformación completa y hay escenas en las que se parece más a Arcel que a De Niro”, dijo el cineasta.
La película se enfoca desde la infancia hasta los primeros tres campeonatos mundiales de Durán. “Lo duro de la transformación fue emular el impresionante estilo boxístico de Durán. Édgar se ‘mató’ entrenando por casi un año. El resultado es impresionante: es un actor incansable y en mi opinión, este es su rol más exigente. Demuestra un rango gigantesco”, dijo Jakubowicz.
El filme cuenta con 15 mil extras. “Rodamos casi todo en Panamá y un poco en Nueva York. Cada día era un reto de logística y creatividad. A veces tenías en frente a uno de los mejores actores de la historia, a veces a unos niños de los barrios pobres panameños a quienes yo mismo enseñé a actuar. A mí, la historia de Durán me ha fascinado toda la vida y creo que esta película abrirá puertas para que se cuenten muchas otras. Es insólito que se hagan tan pocas películas sobre nuestros boxeadores, considerando lo importante que es ese deporte en nuestra cultura”, dijo el director venezolano. (A.C.J.) (E)
El verdadero boxeador
Roberto Durán entró al boxeo solo porque quería comprar una casa a su madre y terminó convirtiéndose, según muchos, en el peleador más grande que haya dado el boxeo latinoamericano al mundo. Hoy, casi a sus 64 años, la leyenda vive al máximo, viaja por todo el orbe, disfruta de ver boxeo y espera ya, muy pronto, el estreno de su película.
En diferentes entrevistas ha revelado que su secreto en el ring no fue otro más que el ser inteligente. “La inteligencia, no la brutalidad, yo soy un boxeador que no me dejaba pegar, tú me podías pegar un jab y no me lo pegabas más nunca, me metías un gancho de derecha y no me lo podías pegar más nunca, y yo fui uno de los boxeadores que le enseñé al boxeo cómo pasar los golpes, hoy en día todos se dejan pegar”.
Los especialistas deportivos, medios de comunicación televisivos y revistas lo han colocado entre la lista de los grandes boxeadores del mundo.
Durán enfrentó al estelarísimo Sugar Ray Leonard por el título mundial del peso wélter en versión del Consejo Mundial de Boxeo, con victoria por decisión unánime en una pelea considerada una de la más importantes de los últimos 40 años.