En palabras de Luke Skywalker

10 de Diciembre de 2017
  • El actor californiano Mark Hamill en Star Wars (1977).
  • En el 2017, Mark Hamill retomó su papel de Luke Skywalker en la saga intergaláctica.
Dave Itzkoff | The New York Times

Mark Hamill cuenta pormenores de su regreso a La guerra de las galaxias. ¿La fuerza lo acompañará?

Puede que haya sido la espera más larga en la historia del cine. Después de más de tres décadas desde que él estuvo en pantalla por última vez, después de años de anticipación y de dos horas de La guerra de las galaxias: El despertar de la Fuerza, ahí estaba Luke Skywalker, el héroe alguna vez jovial de la saga de ciencia ficción, revelado como un anciano curtido. Parado en un acantilado con una mirada solemne en el rostro, estaba a punto de recibir su sable de luz de manos de Rey, la joven heroína, cuando terminó la historia y empezaron los créditos. Luke no dijo nada.

Si este fue un momento agridulce para los admiradores –un prefacio abrupto y tentador de la siguiente secuela, La guerra de las galaxias: los últimos jedi, que se estrenará el 15 de diciembre en todo el mundo–, imaginen cómo se sintió Mark Hamill.

Desde 1977, cuando la primera película de Star Wars se convirtió en un fenómeno y comenzó una franquicia multimillonaria, Hamill había sido sinónimo de Luke Skywalker, el novato del desierto que destruye la Estrella de la Muerte, se convierte en caballero jedi y se reconcilia con su padre, el villano Darth Vader.

En el 2015, El despertar de la Fuerza le dio más tiempo en pantalla a las versiones de edad avanzada de la princesa Leia (Carrie Fisher) y Han Solo (Harrison Ford). Pero a Luke lo reservaron para obtener la mayor anticipación, una decisión que Hamill terminó por aceptar como un regalo para él y para su personaje.

“Objetivamente, lo es”, dijo. Encontrar esa paz interior a Hamill le tomó varios meses de frustración y autocompasión –sin mencionar la dieta y el ejercicio obligatorio que le dio Lucasfilm– durante los cuales pensó: “¿Por qué me están entrenando, para voltear y quitarme una capucha? Podría tener el tamaño de Marlon Brando en Apocalipsis ahora, ¿quién lo sabría?”.

Sería comprensible que Hamill, ahora de 66 años, tuviera una relación conflictiva con La guerra de las galaxias, que lo puso en un pedestal de la cultura pop. La saga definió y dominó su carrera, incluso cuando aceptó otros papeles en cine, televisión y teatro. Pero Hamill no está resentido ni harto, y no es Luke, aunque ha conservado parte de la incorruptibilidad del personaje. Pasó de ser una nueva esperanza a ser una vieja promesa, con un rostro arrugado y expresivo y una barba gris, debajo de la cual existe un travieso sentido del humor, un anhelo de actuar y un gozo de compartir anécdotas de La guerra de las galaxias.

En el fondo, es un nerd declarado como sus admiradores y está tan sorprendido por las circunstancias que lo llevaron a la saga como agradecido de poder regresar a su galaxia de hace mucho mucho tiempo en un lugar muy muy lejano. “Soy un fraude”, dijo con un aire teatral. “Pero estoy disfrutando toda la atención residual que recibe el filme. Debería estar holgazaneando en mi jardín con un detector de metales, diciéndoles a los niños que no pisen mi césped. ¿Qué puede ser mejor que eso?”.

¿Encasillado?

George Lucas –el creador de la saga– dijo que eligió a Hamill de entre un catálogo de jóvenes actores porque le aportaba humanidad a una película llena de vehículos espaciales y efectos especiales. Hamill se comprometió por completo con el material, pero no estaba seguro de que encontrarían una audiencia más amplia. “Pensé: aunque no fuera un éxito en taquilla, tenía todo el potencial de convertirse en una película de culto de medianoche”, dijo. “Quítate, Rocky Horror, ¡Star Wars está aquí!”.

En vez de eso, La guerra de las galaxias se convirtió en un fenómeno internacional, y Hamill fue sinónimo de su personaje, junto con Fisher y Ford.

Hamill, quien recibe un porcentaje de las regalías de La guerra de las galaxias, no optó por una carrera comercial, pero no se arrepiente. Después de dos exitosas secuelas, El imperio contraataca en 1980 y El regreso del jedi en 1983, Hamill creyó que la historia de la saga estaba completa. Con una nueva visibilidad, decidió ir tras su sueño de toda la vida de presentarse en Broadway, donde había interpretado a John Merrick en El hombre elefante. “No me daban papeles en cine y televisión”, explicó. “A menos que seas Meryl Streep, no te dejan hacer acentos”.

A lo largo de los siguientes treinta años, Hamill actuó en filmes de culto y series de televisión, a menudo burlándose de su incapacidad de deshacerse de su legado de La guerra de las galaxias. Siempre se sintió cómodo siendo parte de la subcultura de la saga. Con gusto asistía a convenciones y convivía con las personas a quienes llama FUA (“fanáticos ultraapasionados”). “Está claro que no es para todos… lo entiendo”, dijo Hamill. “Pero la pasión de todo el asunto es sorprendente. La forma en que se ha vuelto parte de su vida.

No participó en las criticadas precuelas de 1999 al 2005. Y cuando Lucas los invitó a él y a Fisher a almorzar en 2012, para decirles que le otorgaría el control de Lucasfilm a Kathleen Kennedy y que se estaba planeando una nueva trilogía, Hamill no esperaba que le pidieran que participara. “Creímos que a nosotros nos habían tocado las tres películas de en medio”, dijo. “Se había acabado”.

El regreso

Cuando Lucas dijo que sus personajes estarían en esos nuevos filmes si querían interpretarlos, dijo Hamill: “Me sentí totalmente sorprendido. Sin que pasara un minuto, Carrie dio un manotazo sobre la mesa y dijo: ‘¡Yo sí quiero!’. Le dije: ‘¡Carrie, qué guardado te lo tenías!’”.

Hamill necesitó más tiempo para pensar. “Estaba muy asustado. Pensé: ¿por qué meterse con eso? La idea de tener tanta suerte me parecía ridículamente remota”. También temía que la audiencia lo rechazara a él y a sus coprotagonistas veteranos, todos estos años después de su auge de La guerra de las galaxias. “Nadie quiere ver las versiones de 50, 60 o 70 años de nosotros, corriendo, tropezándonos en la Estrella de la Muerte. Es triste”, dijo.

Hamill creyó que tendría razones para rehusarse a participar en El despertar de la Fuerza, pues esperaba que Ford no regresara. “Es demasiado viejo, rico y gruñón”, dijo Hamill. “No lo hará”. Pero cuando Ford aceptó, Hamill se dio cuenta de que también debía hacerlo: “¿Puedes imaginar que yo fuera el único que no aceptara? Sería el hombre más odiado del mundo nerd”. Poco después de aceptar, Hamill disfrutó la adulación de los fanáticos que estaban ansiosos por verlo en nuevas aventuras con los jóvenes novatos Rey (Daisy Ridley) y Finn (John Boyega).

J. J. Abrams, el director de El despertar de la Fuerza, dijo a Hamill que Luke no participaría mucho en la película. “Le dije que su papel era mínimo antes de que leyera el guion”, dijo Abrams. “No creo que haya sabido lo mínimo que era hasta que lo leyó”. En su siguiente conversación, reconoció Abrams, Hamill “no estaba muy feliz con su pequeña participación”.

Hamill no niega su decepción inicial, aunque dijo que le daba miedo que la gran revelación de Luke al final del filme no tuviera efecto. “Si a la audiencia le parece un engaño o una artimaña, si responden con una gran queja, a mí me lanzarán los huevos, no a J. J.”, comentó.

Sintiéndose molesto, Hamill viajó a Londres en 2014 para una lectura de ensayo –en broma, les dice “escucha de ensayo”– del guion de El despertar de la Fuerza. No tenía diálogos, así que en vez de eso Abrams le pidió que leyera la narración. (“Creo que quería doblegarme como lo haces con un caballo de carreras”, dijo Hamill). Aun así, le emocionó conocer a Ridley y a Boyega, y reunirse con Anthony Daniels (C-3PO), Peter Mayhew (Chewbacca), Fisher y Ford.

Ford, quien no había visto a Hamill hace tiempo y no compartía escenas con él en El despertar de la Fuerza, lamentó que habían trabajado juntos en las primeras películas de La guerra de las galaxias mucho menos de lo que se dan cuenta los espectadores. “El número de días en pantalla que pasé con Mark fueron muy muy pocos”, dijo. “Conocía mejor a Chewbacca”. Sin embargo, en cuanto vio a Hamill ahí, Ford dijo: “Además del paso evidente del tiempo, que nos había ocurrido a ambos, era el mismo tipo, pero con barba. Está muy enfocado en su propia vida y experiencia. No es excéntrico. Es callado, sincero y trabajador”.

Hamill ha llegado a valorar su aparición especial en El despertar de la Fuerza. “Cuando hablan tanto de ti en una película antes de que siquiera salgas, es fabuloso”, comentó. Pero ahora él y los creadores de Los últimos jedi entienden todo de lo que son responsables con esta película. “Le dije: todos van a estar esperando tus primeras palabras en esta película”, dijo Rian Johnson, escritor y director de Los últimos jedi. “Obviamente, Mark llegó a este filme con altas expectativas de lo que haremos con el personaje”.

Johnson dijo que Los últimos jedi también trató a Hamill como un actor que ha vivido toda una vida desde que interpretó por primera vez a Luke. “De la misma manera en que de joven encarnó las características con las que todos nos conectamos –la juventud y la inocencia– ahora encarna a una persona llena de alma y experiencia”, dijo Johnson.

Aunque Hamill intenta no discutir con los cineastas sobre La guerra de las galaxias en cuanto a grandes puntos de la trama –aún no está seguro de si Lucas siempre quiso que Luke y Leia fueran hermano y hermana– se topó con que había muchas opiniones acerca de cómo debe presentarse en Los últimos jedi el personaje con el que ha estado asociado durante 40 años.

La película se ha convertido en un documento inesperadamente conmovedor, pues Fisher murió en diciembre de 2016. Hace varios años, cuando Fisher se dio cuenta en un programa de teatro de que Hamill solo se había referido elípticamente a su trabajo en La guerra de las galaxias, Hamill dice: “Me reclamó: ‘¿Cuál es tu problema?’. Le contesté: Bueno, es el teatro. Quiero enfocarme más en el teatro. Ella me dijo: Yo soy la princesa Leia. Tú eres Luke Skywalker. Acostúmbrate”.

Con remordimiento, Hamill habló de su frustración de que Fisher no pudiera completar esta trilogía de películas. “Se merecía un segundo acto”, dijo. “Harrison fue más prominente en (el Episodio) VII, yo soy más prominente en esta, y se suponía que ella sería prominente en la última. Siempre sabía cuándo hacer las cosas, excepto en este caso”.

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