Her: Amor virtual
Her (Ella), película dirigida por el estadounidense Spike Jonze. Una ficción centrada en un hombre que se enamora de un sistema operativo.
La idea de Her se puede resumir así: personas estableciendo relaciones sentimentales con la inteligencia artificial de sus dispositivos móviles. El cineasta Spike Jonze construye una historia que busca plantear un conflicto que, aunque puede sonar a ciencia ficción, habría que examinar milimétricamente, ya que es algo que podría empezar a suceder (de alguna manera) en un futuro cercano. Algo así como hace Park Seo-yeon (34 años), una coreana que comenzó con un pasatiempo poco convencional: comer sola, sentada frente a un ordenador y una cámara, mientras otros internautas la miraban. Y no es la única: hay 3.500 programas como el suyo en Corea del Sur. Los expertos creen que la tendencia del país asiático hacia los hogares unifamiliares genera mayor soledad, lo que mueve a la gente a buscar sustitutos virtuales.
Her está protagonizado por uno de los actores más multifacéticos e irreverentes de Hollywood: Joaquin Phoenix. Ataviado con grandes lentes y un bigote, Theodore (el personaje) pasa largas horas hablando con Samantha en la computadora, con la cual ha iniciado una inusual historia de amor. El sistema se convierte en su novia y Scarlett Johansson suministra su voz. “Theodore es un personaje simpático. Hay algo entrañable en él, algo muy serio acerca de él que me gustó mucho. No es un típico personaje masculino que se ve en las películas. Me encantó mucho eso”, dice Phoenix.
El poeta español Gustavo Adolfo Bécquer ya lo dijo: “La soledad es muy hermosa cuando se tiene alguien a quien decírselo”. La mejor amiga (Amy Adams) de Theodore le dice a este: “Eso de enamorarse es algo raro, socialmente aceptado en el pasado. ¿Es que ya no nos queremos comprometer? No se puede andar perdiendo el tiempo con alguien que no existe”.
La película narra la semifuturista historia de un solitario escritor –dolorosamente divorciado–, pensado no solo para satisfacer todas sus necesidades, sino para interactuar emocionalmente con él, como si fuera una persona humana.
Para los especialistas, Spike Jonze se atrevió a darle un giro importante a este tipo de historias del género Sci-Fi: el software no actuará en contra de la humanidad, por el contrario, tendrá una función propositiva para el entorno humano y ello se confirma en la misma frase publicitaria que presenta la película: “Operating System One” (OS1): El primer sistema operativo de inteligencia artificial, que más que un sistema operativo, es una entidad intuitiva que te escucha, te entiende y te conoce”.
Algunos cinéfilos y críticos concuerdan en que Spike “se aleja de todas esas geniales monstruosidades que han preocupado a lo largo de los años de forma total a la ciencia ficción cinematográfica: la rebelión de las computadoras y su cerebro, el software, y la visión desesperanzadora de lo que vendrá en el futuro” (www.vulture.com).
“El director nacido en Maryland pone sobre la mesa esta fresca propuesta, donde el software no tiene tintes fascistoides de someter a la humanidad por considerarla inferior; en contraparte, el software de Jonze se presenta como complementario a ella, donde la interactividad beneficia a ambas partes, por esa toma de conciencia que irrumpe sorpresivamente en los códigos binarios, logrando un vínculo revitalizante que llena los huecos dejados por las relaciones humanas tradicionales, perturbadas siempre por el ego y el orgullo”, dice Los Angeles Times.
Casi cinco años han pasado desde la última película de Jonze: Donde viven los monstruos (2009), más de una década desde la aclamada Adaptation (2002), y casi quince desde Cómo ser John Malkovich (1999). Y Her también ha despertado muchísima expectación, no solo porque las películas del cineasta llegan con cuentagotas, sino también porque esta tiene el primer guion salido del imaginario del cineasta y, por un argumento que sitúa a la película entre el género romántico y la ciencia ficción. “La idea inicial para hacer Her fue hace diez años, pero no fue hasta hace cinco cuando pensé en hacer una especie de reflexión sobre las relaciones humanas. Ya sé que lo obvio en la película, el flash, el trending topic (si quieres llamarlo así), es la tecnología, pero de lo que realmente me interesaba hablar es de cómo conectamos los unos con los otros, de cómo funcionan esos mecanismos. Llámalo química o cómo quieras. Y de qué pasa cuando fallamos al conectar, de cuando buscamos con ahínco la intimidad para asustarnos a muerte cuando la encontramos. Esa fue la base para la historia. ¿El mayor reto? El equilibrio entre drama y comedia era muy difícil y el hecho de que quería hacer una película con la que todos pudieran sentirse un poco Theodore. Creo que eso fue lo más complicado”, dice Jonze.
Los expertos informáticos dicen que la tecnología basada en la automatización de la información y los códigos binarios pueden tomar por sorpresa en cualquier momento. “Cuando menos se lo espere, las interfaces gráficas y los lenguajes de programación computarizados pueden saltar al ruedo y convertirse en los protagonistas de las historias humanas”. En la cinta Theodore va descubriendo eso. Su sistema operativo es más que un simple software que le corrige sus errores ortográficos o que le reordena su correo electrónico.
Jonze se refiere el respecto: “Creo que mi relación con la tecnología es igual que la de todo el mundo. Es algo salvaje cuando empiezas a recibir sms, textos, mensajes de voz, correos electrónicos. La cantidad de información que recibo y a la que tengo que responder (o a la que esperan que responda) es abrumadora. Pero al mismo tiempo es bonito cuando recibes noticias de alguien que hace un mes que no ves. Con esto quiero decir que no condeno nuestro uso de la tecnología. No lo condeno, ni lo juzgo, simplemente aún estoy tratando de entenderlo. Eso es todo, y creo que vale para la mayoría de humanos en esta parte del planeta”.
Para Jonze, la vida es “como un río en peligro de inundaciones y con una fórmula algo complicada”. “Nuestras vidas están basadas en decisiones sabias y otras que no lo son en absoluto; decisiones espontáneas y otras pensadas; miedo, coraje, locura… pensar que puedes controlar ese mix es un error porque lo único que puedes hacer en realidad es tratar de mejorar tus conocimientos o –simplemente– dejarte llevar. En cierto modo, hacer una película es lo mismo: tomas un montón de decisiones, unas correctas y otras no, y al final esperas que por arte de magia todo acabe funcionando. Una vez pasa... y otras no (ríe)”.
Her se estrenó en salas ecuatorianas y postula al Óscar en las categorías: Mejor película, Mejor guion original, Mejor dirección artística, Mejor banda sonora, gestionada por Will Butler y Owen Pallett del grupo Arcade Fire; Mejor canción por The Moon Song, escrita por Spike Jonze e interpretada por Karen O, líder y vocalista de los Yeah Yeah Yeahs. (A.C.J.)