Jean Dujardin: nostalgia del cine silente
El Artista, protagonizado por el francés Jean Dujardin, no es solamente un filme en blanco y negro donde los personajes no pronuncian una sola palabra. Es el ‘look’ de la película que se convirtió, sin que nadie lo espere, en la favorita para llevarse varios premios Óscar.
Se trata de un emocionante homenaje al cine mudo. Una propuesta en blanco y negro, algo fuera de lo común en los tiempos actuales, ya que las productoras solo piensan en apostar por productos muy vistosos, llenos de efectos especiales y estrellas habituales.
Su protagonista, el actor francés Jean Dujardin, el de las cejas y sonrisa expresivas, busca mantener el equilibrio frente al éxito que ha tenido el filme en los diferentes festivales de cine. “Mi nombre significa «en el jardín», por lo que no es muy complejo mantenerme en tierra”, dice bromeando.
Dujardin, de 39 años, es un conocido comediante en Francia. “Hice la película (El Artista) porque tuve la sensación de que hacía falta un actor muy expresivo para un cine mudo. Yo trabajo con la expresión y con el cuerpo para construir los personajes y tenía la sensación de que era mi sitio. Pensé que era algo que Michel (Hazanavicius, el director) apreciase y me acabó mirando como a una mujer... (risas)”.
Viendo el potencial que tiene el filme, y teniendo en cuenta que Michel Hazanavicius se ha convertido en el director de moda en Francia, Dujardin es lo suficientemente cuidadoso como para no estar hablando de sus posibilidades al Óscar. “En Francia tengo un montón de oportunidades. Tal vez ahora me ofrezcan películas en EE.UU. o donde sea, pero yo vivo bien, mis hijos son felices y no es falsa modestia decir que realmente no necesito más”.
En la cinta, Dujardin es George Valentin, una estrella del cine mudo al que todo le sonríe. La llegada del cine sonoro marca el final de su carrera y lo lleva a caer en el olvido. Pero la joven Peppy Miller (Bérénice Béjo) empieza a convertirse hacia el estrellato. El Artista cuenta la historia de estos dos destinos entrelazados. “La cinta no es tan diferente de las que sí tienen sonido.
Para quien la mire es una película silente. Para nosotros los actores es un filme de conversación porque tuvimos diálogos durante la filmación. Hubo mucho ruido y música también. Incluso, hablamos en inglés, francés, jibberish (lenguaje genérico). El verdadero desafío fue el tap”. Y para lograrlo, el actor tuvo que convertirse en un bailarín experto para el espectacular número de cierre. Requirió cuatro a cinco meses su entrenamiento.
Reconoce que al principio estaba receloso de participar en el filme. “No podía entender cómo sería una película sin diálogos, o cómo podría interpretar un papel que me obligaba a expresar emociones, más que de articular palabras. No quería hacer de Charlie Chaplin. Me arrepiento de haberlo cuestionado, solo debí haber seguido mis instintos”, dice.
Admite con sorpresa que no teme que la gente lo etiquete como actor de este tipo de películas. “Nunca me he preocupado por eso. Lo que sí importa es mi propia opinión, y soy muy duro conmigo mismo. Tengo que estar orgulloso de lo que he hecho y he trabajado duro para ello. Tuve una educación muy cristiana. Una buena cosa que me mantiene cuerdo”.
Dujardin ganó laureles por el premio al Mejor Actor en Cannes, lo mismo en los premios Screen Actors Guild Award (SAG) y compite para el Óscar (26 de febrero). “Simplemente me entregué a Michel. Él tenía controlados todos los detalles en la película. Fue a la Escuela de Arte, y se nota. Tienes que confiar en el director. Nunca estuve preocupado por eso”, destaca Jean.
Dujardin está entrando de a poco en Hollywood, pero en Francia es una celebridad. Y por buenas razones, dicen sus amigos. “Él es muy inventivo”, dice la ganadora del Óscar, la actriz francesa Marion Cotillard y coestrella en Little White Lies (2010). “Tiene muchas ganas de explorar cosas diferentes y se siente cómodo en todos los géneros. Él no tiene miedo. Tiene el aura de un ícono, y al mismo tiempo, está muy cerca de la gente”.
El artista
Como su personaje, George, que va de la invencibilidad profesional a la invisibilidad, Dujardin también ha probado un poco de esto. Tras una década de estrellato en su tierra natal, probó en EE.UU. para rodar El Artista, y nadie sabía quién era. “En Francia le era difícil caminar por las calles. En Los Ángeles no era nadie. Se tuvo que probar a sí mismo, se tuvo que probar que merecía el papel”, dice Thomas Langmann, productor de la cinta.
Hazanavicius, el director, también opina de Dujardin. “Tal vez él no acababa de confiar en sí mismo. Pero luego aceptó el papel y le encantó. Después de un tiempo tuvo miedo y lo rechazó. Creo que tenía miedo de la forma, y tal vez de hacer una película muy experimental. Él quería hacer una comedia. Tuve que decirle que en mi mente no era tan experimental. Se suponía que iba a ser una película convencional y eso era todo. Al final, le imprimió su encanto y su energía al papel”.
Hazanavicius propone esta película en blanco y negro y muda... Bueno, en realidad no es estrictamente muda, ya que hay música que conforma la banda sonora. ¿Qué le espera al espectador? Hay una cierta nostalgia por el pasado en general, así que regresar a la época del cine mudo puede presentar cierto atractivo, siempre y cuando se muestre lo suficiente modernizado para los nuevos gustos. Igual, está nominada a 10 premios Óscar.
“No entendía cómo sería una película sin diálogos, cómo podría interpretar un papel que me obligaba a expresar emociones, o más que de articular palabras. No quería hacer de Charles Chaplin”. Jean Dujardin.
El director
Michel Hazanavicius, director, actor y guionista francés de 45 años, insistió en su proyecto: algo inusual en época de pantallas verdes y tercera dimensión. “Mi interés fue trabajar en un formato cinematográfico que ya nadie usa, salvo aquellos cineastas que se mueven dentro del cine de vanguardia y/o experimental. Solo que yo he trabajado a la contra: he cogido dicho formato y lo he usado para realizar una película con la que el público pueda reflexionar fácilmente. He utilizado los recursos del cine mudo para hacer una película que pudiera ser popular, que gustara a la gente”, dice.
Francia tiene un largo historial de cineastas que experimentaron durante la época del blanco y negro. “La primera película que vi en blanco y negro fue Les Enfants du paradis, de Marcel Carné. Pero la película que más me marcó de joven, y que considero de vital importancia para mi aprendizaje como director, fue El Tercer Hombre, de Carol Reed y Orson Welles.
Inicialmente la película tuvo otro guión, uno que sí consideraba el sonido. “Había una versión del guión en que la película arrancaba muda y poco a poco iba ganando en sonido hasta convertirse en una película sonora. Pero acabé por desestimar la idea, guardándomela para la secuencia del sueño”, explicó Hazanavicius.
El director pasó 7 años preparando The Artist y encontrar quién la financie fue muy difícil, por ser un filme que, a ratos, simplemente no suena. “La película empezó muy mal porque nadie quería hacer una cinta así, nadie quería poner dinero, mucha gente me decía que nadie prestaría atención a este formato. Pero tuve la suerte de conocer a un productor, Thomas Langmann, que estaba lo bastante loco como para meterse. Pero es cierto que necesitaba a un productor fuerte que pudiera conseguir financiación sin contar con las televisiones, porque las cadenas no ponen dinero en películas en blanco y negro, y menos aún si son mudas”.
La filmografía de Hazanavicius incluye dos comedias con mucho éxito en Francia, OSS 117: El Cairo, nido de espías (2006) y OSS 117: Perdido en Río (2009). “Cuando enlazas dos éxitos la gente no te escucha igual que si no consigues ninguno. Así que empezaron a escucharme y les dije que quería hacer algo distinto. Aquellos filmes eran irónicos, satíricos, un poco políticos, y en The Artist quería prescindir de esas cosas. No es una comedia pura, la base es el melodrama”.
Durante el rodaje, comentan los involucrados, se respiraba una atmósfera particular que el director destaca. “Hay algo especial en la manera que tiene el cine mudo de contar las historias. Hay quien piensa que de una forma intelectual, pero creo que es todo lo contrario. Lo intelectual es el texto. Las imágenes y la música te permiten contar de una manera más sensorial”.
¿Será que el director francés se llevará el Óscar por su trabajo en El Artista? Todo apunta a eso. Muchos cineastas extranjeros lo han conseguido –y no necesariamente en la categoría Mejor película extranjera–. “Los mejores filmes que se han hecho en Hollywood, sobre Hollywood o sobre América los dirigieron, sin intención de compararme con ellos, inmigrantes como los maestros Elia Kazan, Ernest Lubitsch y Billy Wilder”.
Por cierto, la esposa de Hazanavicius es la también protagonista del filme, Bérénice Bejo, quien hace el papel de Peppy Miller.
“La película empezó muy mal porque nadie quería hacer una cinta así, nadie quería poner dinero, mucha gente me decía que nadie prestaría atención a este formato.” Michel Hazanavicius, el director
EN POCAS PULGAS
Durante la entrega de los Globo de Oro, uno de los protagonistas de la película El Artista se puso un moño de gala y decidió desfilar por la alfombra roja de Hollywood. Superó las críticas de cine y recibió aplausos. Muchos aplausos. Es Uggie, el perro actor de nueve años que trabajó en El Artista. Es el fiel compañero de la estrella de cine George Valentin (Jean Dujardin).
Su entrenador y dueño, Omar von Muller, le salvó la vida. Cuando tenía seis meses, Uggie iba a ser sacrificado, pero él decidió alejarlo de la muerte. El hombre, que vive en Los Ángeles con otros siete perros, trabaja en el mundo del espectáculo desde hace treinta años y educó a esta estrella. “Él era un estudiante rápido, sabe algunos trucos extremos como el skate y el esquí acuático”, dijo.
Pero se jubilará pronto. Ya cumplió 10 años y sus dueños no quieren someterlo a más trabajo. Una de sus entrenadoras, Sarah Clifford, dijo que el perro “está llegando a una edad, en la que solo puede pensar en quedarse tomando el sol en la piscina”. Sin embargo, el famoso canino seguirá haciendo pequeños trabajos, como cortos y anuncios publicitarios; “cosas que le divierten”, precisó Clifford.
Aunque se anunció su jubilación, a Uggie todavía le queda desfilar por la alfombra roja del Oscar para consagrarse: disputará los premios Golden Collars, considerados los Oscar caninos, y se enfrentará a Cosmo, el perro de la película Principiantes, de Ewan McGregor y Christopher Plummer.
Fuentes: Time Out, collider.com y Agencias