Las cosas que no dejamos ir
Nostalgia sigue a un grupo de personas conectadas a través de la pérdida y analiza el amor y consuelo por medio de los recuerdos y los objetos que comparten entre sí.
Los científicos clasifican el apego como un estado emocional que tiene dos enfoques, uno positivo y otro negativo. El primero es el estado de placer y la emoción que se siente cuando se logra tener en la vida aquello a lo que se está apegado. En cuanto al negativo, es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompaña, lo cual hace vulnerables a las personas al desorden emocional y amenaza constantemente con desequilibrar la tranquilidad.
El cineasta estadounidense Mark Pellington dirige Nostalgia, un drama diseñado para cuestionar el valor de los objetos que aprecian un grupo de personas conectadas a través de una pérdida. Sentimentalmente es aplastante.
“¿Puede lo que tenemos en nuestras manos ser lo mismo que lo que tenemos en nuestros corazones?”, dice el asesor de seguros empáticamente comprensivo (encarnado por John Ortiz) mientras ayuda a los clientes desconsolados a responder esa pregunta; mientras que un octogenario solitario (Bruce Dern) se prepara para la muerte haciendo un inventario de sus posesiones; también una viuda angustiada (Ellen Burstyn) que rescata recuerdos en las cenizas en que quedó su hogar incendiado.
Ahora bien, Pellington se inspiró en un artículo de 2013 publicado por el New York Times. Y es el actor Jon Hamm, en el papel de Will, el hombre que afronta la tragedia familiar por partida doble. Mientras, Catherine Keener y James LeGros sobresalen como una pareja afligida, y Mikey Madison se mete en la piel de una adolescente de luto.
Pellington es conocido por filmes de suspenso como Arlington Road (1999) y Mothman: la última profecía (2002), y en Nostalgia, los personajes se plantean varias interrogantes: “Hay un reloj de pie que se encuentra en una esquina de la casa en la que crecí, y en algún momento de los próximos años voy a tener que decidir qué hacer con él. ¿El reloj tiene valor y necesita ser evaluado? ¿O es basura que se puede donar? Hay cientos de baratijas, reliquias familiares y objetos de valor que requerirán la misma consideración, y estoy mal equipado para manejar estas decisiones”.
Se podría decir que este tipo de tensión maneja Nostalgia sentida por varias familias en diversos grados de angustia, con niños de mediana edad que deciden qué hacer con las cosas de sus padres, sus abuelos. Una sensación de melancolía impregna la película.
La sensación acumulativa es que todos están tratando de salir adelante y se dan cuenta de que se encuentran en una situación difícil.
¿Qué ocurre con nuestra conexión con objetos de nuestro pasado y cómo esos objetos informan el presente y el futuro? Estas son reflexiones que muchos probablemente han hecho una o dos veces en la vida, pero las respuestas podrían ser muy duras frente a una catástrofe.
En wearecult.rocks, Pellington es sometido a una entrevista. “Las personas van a tener muchas opiniones diferentes sobre esta película, ya sean críticos o solo audiencias regulares que buscan algo un poco más desafiante. Esto se vuelve cada vez más difícil a medida que avanzamos a través de los años. El cine es una forma de arte subjetiva y lo que funciona para una persona no funciona para los demás. No creo que vaya a ser tan polarizador como I Melt With You (2011), pero sinceramente, nunca se puede entender de verdad. Como cineasta me siento impulsado por mis pasiones y las historias que siento que exigen que se las escuche, y la nostalgia es algo que estoy muy orgulloso de haber hecho”.
¿Existe algo personal impregnado en Nostalgia? El cineasta cree que sí. “Hay muchos aspectos de la base de la historia en los que me siento muy alineado a nivel emocional, y creo que los temas que discutimos en la película son universales, ya sea que los críticos o los miembros de la audiencia quieran explorarlos o no áreas más sensibles”.
El director habla de cómo se originó la idea de llevar Nostalgia al cine. “Leí un artículo en el New York Times titulado ‘Nostalgia: ¿para qué sirve?’ y realmente me impactó. También me intrigó mucho la palabra griega que significa ‘nostalgia’, que se traduce en ‘añorar hogar’, y leí sobre cómo se acuñó el término en referencia a los soldados que regresaban a casa de la guerra, afectados por el TEPT (trastorno de estrés postraumático). Siempre sentimos nostalgia por algo y siempre sentimos que las cosas fueron mejores en el pasado que en el presente. Así que comencé a pensar en este collage de gran idea, con poemas y letras de canciones y letras y notas espirituales y fragmentos visuales que me inspiraron sobre la base del artículo”.
Finalmente, en la misma entrevista, Pellington deja un mensaje para la audiencia: “Quiero que la gente sepa que no están solos en este mundo. Ellos pueden pensar que lo están, pero no. Nunca pude adivinar cómo responderá la gente a cualquier cosa que haya hecho. Nostalgia es algo que espero que permanezca en la mente del espectador durante un poco más de tiempo de lo normal, y quiero que las personas accedan a todo lo que puedan desde sí mismas experimentando la película”. (A. C. J.)