Leos Carax: El terrible del cine francés

14 de Abril de 2013
  • En una escena del filme: Eva Mendes y Denis Lavant en su roles de Kay M. y Oscar.
  • Kylie Minogue en Holy Motors.
  • El mundo ficticio de Holy Motors creado por el cineasta francés Léos Carax.

Aceptado por unos, incomprendido por otros, el cineasta francés pone de manifiesto su creatividad surrealista en Holy Motors, un filme que ha dado más de una sorpresa.

Su seudónimo Leos Carax (1962) es el anagrama de sus dos nombres, Álex y Óscar. Después de estudiar cine en París VII y en el American College of Paris, Leos Carax realizó cortometrajes, entre otros Strangulation Blues.

A los 23 años realizó su primer largometraje rodado en blanco y negro, Boy meets girl (1984). Película inspirada en el cine mudo, en Cocteau y en Godard, pero que ofrece al cine francés de 1980 una impresión de una ‘primera vez’. Luego de trece años sin producir un largometraje, regresa con su quinta película Holy Motors (2012).

En su estreno en el Festival de Cine de Cannes 2012, las críticos no se hicieron esperar. Para unos, “una mala digestión del cine de Buñuel”. Para otros “alegórico, onírico, destroyer”. “Holy Motors es un proyecto barato con el que esperaba (Léos Carax) recuperar el prestigio perdido”. “Película inagotable y mutante, capaz de trascender su aparente pesimismo en el fértil renacimiento de un cineasta inspirador, es un espectáculo ideal para sobreexcitar todas las zonas erógenas del espectador”.

La condición humana

Antes de Holy Motors, al cineasta no le fue muy bien con Pola X (1999); entre lo uno y lo otros también se dedicó a hacer cortometrajes que le sirvieron para ir cristalizando Holy Motors, una película que tiene la virtud de ser muchas cosas a la vez: el viaje de su enigmático protagonista a través de sucesivas identidades y puestas en escena, ¿un reflejo del mismo Carax? “Cada día atravieso varios puentes en los que suele estar una anciana gitana. Nunca hablamos. A veces le daba algo de dinero, pero no había ninguna comunicación posible con esta mujer y yo no sabía cómo actuar. No sé por qué he conservado su imagen en mi imaginación como si fuese yo; estaba en diferentes sitios y me transformaba en la mujer. Ese es el origen de la historia”.

El filme habla de aspectos propios de la condición humana, del arte, de la vida, y lo hace de manera nueva y original. “Es una película peculiar, concebida muy rápidamente porque no se podían rodar mis otros proyectos. Denis Lavant (el protagonista) la imaginó, y eso era lo único que sabíamos al principio. Además, yo no soy guionista, tan solo tomo notas que más tarde se convierten en guion, pues es necesario tener eso para encontrar dinero. Hacemos la película de modo que la vida y otras cosas entren en ella, no nos encerramos en un estudio; espero que eso se refleje en la película”, dijo Carax.

 

El filme del francés es una obra abierta a múltiples lecturas y retrata también la tarea de ser actor. “Es una maravillosa reflexión sobre la condición del actor y su permeabilidad en meterse en la piel de personajes totalmente opuestos, rompiendo las barreras entre lo que es real e irreal, donde acaba realmente el individuo y empieza el rol que está interpretando. Se podría decir que el señor Óscar (interpretado por Denis Lavant) es un actor, pero no es una película sobre actores; es una película sobre un hombre y su experiencia de estar vivo”, resalta Leos.

Holy Motors está protagonizado por actores cuyos nombres son lejanos del cine que llega a las salas latinoamericanas, con excepción de la actriz Eva Mendes y la cantante Kylie Minogue, quien además de actuar aporta dos canciones a la película. “No conocía a Kylie, solo su nombre. Tenía un proyecto en Londres, buscaba a una actriz y Claire Denis me habló de ella. Aquella película no llegó a hacerse, pero pensé rápidamente en Kylie para el filme”, dice Carax.

La actriz de origen cubano Eva Mendes fue aclamada por su papel en Holy Motors. Aunque el personaje había sido escrito para la británica Kate Moss, Eva se ofreció personalmente al director de la cinta para dar vida a la silente modelo Kay M., algo que consiguió gracias a su talento y a su esbelta figura. “El director me dijo: el personaje para el que serías adecuada no tiene diálogo. Y pensé: esto es un sueño porque soy un tipo de antiactriz en ese sentido. Me gusta trabajar sin diálogo, a menos que esté escrito de modo muy literario, al estilo de Edward Albee. Y además me fascina el cine mudo: el diálogo a veces lo empeora todo”, aseguró Eva.

La idea de los motores, de la importancia de las máquinas, se reivindica claramente en el título. “No suele haber ninguna idea al inicio de un proyecto, ninguna intención. Solo dos o tres imágenes y sentimientos que enlazo. Para Holy Motors tenía, entre otras cosas, la imagen de esas limusinas larguísimas que se ven por ahí desde hace unos años. Las vi por primera vez en Estados Unidos y ahora las veo en París todos los domingos, en las bodas chinas”, dijo Carax.

Cada espectador que vea Holy Motors saldrá con una interpretación distinta de lo que ha querido contar un Leos Carax lejos de sus tragedias laborales o personales, como la muerte de su esposa Katerina Goluveba a pocos días de empezar el rodaje de Holy Motors (a ella dedica la película).

¿Le gustaría que el público la comprendiese? Carax responde: “No sé quién es el público. Es gente que muere pronto. No me gustan las películas para el público sino para el ámbito privado e invito a todo el que quiera a que vea la película. Me importa que la vean. ¿Qué la entiendan? No. ¿Que les guste? Sí”. (A.C.J.)

 

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