Ser mujer en la redes
Esta reflexión empieza con el mensaje de una lectora. Su comentario sobre la amistad, tema publicado en la enredadera de dos meses atrás, la llevó al final a sugerirme como “lectora, madre y mujer” escribir sobre las etiquetas que nos ponemos o nos intentan poner otros para definirnos. “Mamá no tiene estado civil”, expresa ella. Etiquetar a una mujer que es madre como madre joven, madre soltera, madre divorciada, madre casada, etc., es, con una sola palabra, dar información íntima que puede despertar intenciones diferentes a las que esta mujer-madre está buscando en las redes.
Su opinión es que darle un estado civil a la mujer-madre es algo que “las personas no deberían aprender a preguntar”. Esta frase se anidó en mi mente y consideré importante compartirla.
Me saltaron entonces muchos cuestionamientos. ¿Cuántas preguntas íntimas hacemos en las redes para conocer más sobre la otra persona y por qué? ¿Cuántos comentarios igualmente íntimos hacemos sobre otros, exponiéndolos a críticas? ¿Cuántas etiquetas nos ponemos entre los usuarios de las redes y de qué nos sirven? ¿Son acaso destellos de prejuicios? Si ya ser mamá resulta bastante complicado, el estado civil puede complicarlo aún más. Así que consideré muy justo su pedido de respeto.
Luego de mi reflexión y búsqueda personal sobre este tema de ser mujer en las redes, añado otros casos ejemplificadores de irrespeto. El más grueso es reciente. Un expresidente publica en Twitter este mensaje: Adivinanza ¿Quién es el macho y quien es la hembra? A este texto lo acompaña una imagen en la que de un lado está él y del otro lado otro expresidente. A continuación, sus seguidores escriben mensajes de apoyo, otros de desprecio. Por ahí aparece una mujer que expresa su preocupación por la falta de respeto al género. Hasta ese momento nadie había dicho nada. Es como que nadie más había caído en cuenta.
Es que miles de veces, entre juego y juego, desde nuestra infancia hemos escuchado las burlas que los hombres les hacen a otros hombres cuando estos se muestran de alguna manera más débiles o vulnerables. Si lloras eres niñita, si te quejas eres una nena, si te muestras débil pareces mujer…
Cómo me gusta tener la oportunidad de decir esto públicamente: señores, ese tipo de comentarios son aberrantes y hacerlos únicamente demuestran un pensamiento muy básico. No los hagan y no enseñen a las nuevas generaciones a hacerlos, no los aplaudan ni los celebren porque estarían provocando su perdurabilidad. Que nuestra evolución como individuos y sociedades se vea reflejada también en nuestros pensamientos y nuestras acciones, especialmente las más cotidianas.
Si una mujer es valiente, es muy macha. Si un hombre muestra su debilidad, es una nena. Si una mujer luce sexi, es fácil. Si luce sola, está disponible. Si luce guapa y no está casada, tiene algún problema. Seguramente al lector se le vendrán a la mente más etiquetas. Yo los invito a eliminarlas. (O)
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