Viajar con desconocidos
Nuestro mundo crece en función de las relaciones que hacemos. Una premisa que cobra más fuerza con la evolución de la vida en las redes sociales. Cada día se suman más personas a este estilo de compartir, no solo a través de las redes tradicionales, sino por el uso de aplicaciones que nos dan algún beneficio directo.
Ya no se trata solamente de hacer vida en Facebook ni de comprar por Amazon o de comentar por Twitter, la red que finalmente vio beneficios económicos en el 2017 acallando a quienes cuestionaban este modelo de negocios. Son también las aplicaciones las que dejan ver la capacidad que tiene la humanidad de transformar su estilo de vida, de crear nuevas posibilidades de intercambio y nuevas soluciones a sus problemas.
Una aplicación que me dejó gratamente sorprendida es Bla Bla Car. Si pensábamos que Couch Surfing era una locura, ya que las personas hospedan a gente desconocida sin costo en sus casas, con esta otra aplicación las personas “hacen dedo” como vulgarmente se dice, y se “acolitan” los viajes a un precio muy accesible. No son transportes públicos, ni negocios, son personas comunes que comparten su viaje y sus gastos de combustible y peaje. El portal nació en Francia en 2009 y se extendió a varios países europeos. Ahora, en México y Brasil, son una herramienta efectiva para quienes no tienen mucho presupuesto.
Menos contaminación ambiental y más trabajo en equipo. Así lo ven muchas personas que hacen uso de esta herramienta. Recordé mi experiencia personal en un viaje a Cuba en el año 1993, cuando los oficiales de tránsito detenían a los carros que iban casi vacíos para preguntar a dónde iban y según eso disponer de los espacios para que otras personas que esperaban en las esquinas pudieran llegar a sus destinos. Ante la escasez de combustible que vivía la isla en esos tiempos, la gente buscó una solución en equipo, dejando a un lado prejuicios y miedos.
El miedo y los prejuicios en este tipo de aplicaciones se diluyen cuando uno ve el perfil de los viajeros y los conductores, tal como ocurre en Couch Surfing. La reputación que uno se gana cuando se usa Bla Bla Car va sumándole puntos para que los conductores te quieran llevar o para que los viajeros confíen en el chofer. Los comentarios que hacen de uno cuentan mucho, es como un currículum que uno va generando. Esto hace que todos quieran cumplir las reglas y dar lo mejor de sí.
Cuando nos digan que las redes son el demonio, que lo único que traen son cosas malas, pensemos que, como en todo, también hay un lado claro. Que hay gente que piensa en la comunidad y en el planeta, en cómo contaminar menos y apoyarse más. El mundo se transforma cada día y somos al final nosotros los que lo transformamos. Los pequeños individuos que tomamos un carro con un desconocido podemos terminar siendo grandes amigos luego de cinco horas de viaje. (O)
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