La corona de Netflix
El 4 de noviembre pasado se estrenó The Crown, serie que usted puede empezar a devorar ya por internet.
La serie de ficción The Crown, creada por Peter Morgan y producida por Netflix, puede recibir muchos adjetivos: única, monumental en su manufactura (unos $ 125 millones, $ 12 millones por capítulo, la serie más cara de la historia de Netflix, superando a The Get Down), su historia es ambiciosa, la actuación de su protagonista es de primer orden, ya que encarna a una mujer convertida en reina desde temprana edad –y que actualmente es la jefa de Estado más anciana del mundo– y sobre todo porque toca temas muy delicados de una monarquía.
Los diez episodios son de carácter biográfico en seis temporadas (la primera ya está en Netflix). Se centran en la vida de la reina Isabel II de Inglaterra, y recrea el drama, la realeza, los conflictos, los cambios sociales y, sobre todo, los retos de una mujer convertida en reina a los 25 años, tras la repentina muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Además, explora la vida personal de la reina y plasma el mundo de la posguerra, con la sociedad en constante transformación debido a los distintos y bruscos cambios acontecidos, hasta la situación de relativa calma actual.
Empieza cuando la entonces princesa Isabel (protagonizada por Claire Foy), de tan solo 20 años, y la deprimente perspectiva del futuro de la monarquía en un mundo destruido y amenazado por la guerra, al tiempo que intenta estrechar su relación con el primer ministro del país Winston Churchill (John Lithgow). A través de su visión, se podrán ver las rivalidades políticas e intrigas personales de los principales personajes de la historia contemporánea de Inglaterra, haciendo principal hincapié en las relaciones que existen dentro de la misma familia real.
“The Crown nació mientras escribía The Audience, una obra de teatro que se desarrolla en las audiencias semanales, y privadas, que la reina mantiene con el primer ministro de turno del Reino Unido (la verdadera Isabel II ha trabajado con una docena de ellos durante su reinado). Imaginé a una joven reina Isabel frente a su primer ministro, Winston Churchill, casi en sus ochenta años”, ha comentado Peter Morgan (The Queen, Frost/Nixon).
Morgan fue escribiendo The Audience cuando tuvo la idea de levantar una película sobre la relación entre Churchill y la joven convertida en reina a su pesar. Y lo que iban a ser dos horas se convirtieron en 60: la idea es, en principio, rodar una temporada por cada década aproximada de reinado de Isabel II. La segunda ya se filma.
Con Gran Bretaña recuperándose de la devastación de la guerra, la joven princesa Isabel se convierte en reina y encuentra que las relaciones con sus seres queridos cambiarán para siempre. “Convertirse en reina a tan temprana edad tuvo un terrible impacto en ella, en las relaciones con su esposo, con su hermana y con su madre. Todo el mundo imagina un cuento de hadas, pero fue todo menos eso. Creo que fue una presión terrible para ella. Por un lado, Isabel Windsor, la mujer; y, por el otro, la reina. Imagina todas las veces que tienes que callar tus propias opiniones para que se cumplan las demandas de la corona”, destaca Morgan.
Stephen Daldry dirige dos episodios de la primera temporada de The Crown. Lo recordamos por traer otra joya: Billy Elliot (2000) y por Las horas (2002), ganadora de un Óscar a la mejor actriz (Nicole Kidman).
La actriz
Se habla mucho de Claire Foy y su enorme parecido físico con la reina Isabel II. “Su actuación está a la altura; nos recuerda muy de cerca que una reina se hace y no surge de la nada solo por pertenecer a la familia real”, destaca hipertextual.com.
La serie comienza en 1947, con la boda de Isabel y Felipe, Duque de Edimburgo (Matt Smith), en plena época de posguerra. A partir de ahí, se abordan diferentes sucesos que se derivan de su inesperado ascenso al trono y todo lo que tuvo que experimentar en medio de romances e intrigas políticas. “Su instinto es, al principio, sobre la familia, su amor, su esposo, sus hijos... Después se da cuenta de que eso no necesariamente es su trabajo, y aceptarlo es algo muy difícil, sin contar con que, al mismo tiempo, tiene que lidiar con la pena por la muerte de su padre. La gente olvida que cuando alguien asume el trono es porque un miembro de tu familia murió, y me parece que es algo terriblemente triste para ella y para cualquiera”, destacó Claire Foy, quien está nominada en los Golden Globe (mejor actriz en una serie de televisión-drama).
Sobre su papel Foy dijo: “Ha sido agradable y complicado. La reina Isabel es un personaje muy misterioso y no suele expresar lo que piensa, al menos en la manera que a mí me gustaría, ya que tuve que contenerme. Es interesante también porque ella deja que la gente acuda a ella en busca de ayuda”.
En la serie se ve a Felipe, marido de la reina, como alguien que siempre quiso llevar las riendas del matrimonio y ahora se veía obligado a acatar sus decisiones. “Su matrimonio con Felipe tuvo que cambiar”, contó Claire Foy en The New York Times. “Creo que habrían querido llevar una vida convencional en la que el hombre va a trabajar y la mujer se queda en casa”.
Su sentido del deber la llevó, a veces, a defender protocolos y reglas vetustos. En 1956, no permitió a su hermana, la princesa Margarita (en la serie, Vanessa Kirby), casarse con un hombre divorciado, el condecorado héroe militar Peter Townsend.
Una de las reflexiones a la que acerca la serie es a los conflictos a los que se enfrenta una mujer en un sistema liderado por hombres, incluso en una nación de gran devoción por sus reinas.
En The Hollywood Reporter aseguran que convertirá a Claire Foy en una estrella; y que podría amasar premios tanto por sus actuaciones como por sus cualidades técnicas.
Churchill
Isabel encontró un curioso aliado en Winston Churchill. John Lithgow protagoniza al primer primer ministro británico con quien tuvo que trabajar la reina. Había una distancia de 50 años entre ellos, pero nació una colaboración cálida, producto entre otras cosas del hecho de compartir aficiones parecidas: los caballos, las carreras, el polo...
A sus 71 años, el actor Lithgow afronta el que es sin duda uno de los mayores retos de su carrera. En uno de los diálogos Lithgow, en su personaje aferrado con uñas y dientes al poder, dice: “¿Qué le han dicho que soy? ¿Un monstruo? ¡Hacía falta un monstruo para derrotar a Hitler!”.
Lithgow destaca aspectos de su rol. “Es un personaje que asusta, pero es maravilloso. Uno sueña toda la vida con tener un papel. Churchill ha sido difícil, es un personaje complejo lleno de contradicciones. Peter Morgan apreció su humor y su rico lenguaje, aunque hay que tener en cuenta que el 90% del diálogo que vemos es del Churchill privado, y nosotros conocemos al público. Era un gran bebedor; aun así podía quedarse despierto más que nadie y hablar durante más tiempo. De hecho, era casi más agudo cuando estaba borracho”.
El vestuario
Tan importante es la moda para comprender el reinado de Isabel II que para celebrar su cumpleaños 90 se organizó la muestra La moda de un reinado: 90 años de estilo en el guardarropa de la Reina, en la que pudo ver, a través de 150 prendas, la evolución de la soberana, desde los majestuosos vestidos de los 50 hasta los sencillos trajes de colores vivos que Angela Kelly idera para ella en los últimos años.
En la serie es Michele Clapton fue la encargada de diseñar las más de 350 prendas que visten los personajes de la serie. La ganadora de tres Emmy a mejor vestuario por su laborioso trabajo en Juego de Tronos, abandonó esta última serie para afrontar el nuevo reto ‘real’.
Clapton tuvo a su cargo un equipo de unas 40 personas y unos 100 ayudantes para crear los más de 350 trajes hechos a medida para el reparto principal y vestir a los más de 700 extras. La pieza que más horas de trabajo y esfuerzo conllevó fue el vestido de novia que la Reina lució para casarse con el Duque de Edimburgo en 1947. Para la confección de este traje se requirió un trabajo de más de seis semanas. (A.C.J.) (E)
Fuente: Netflix