Leovanna Orlandini: Cautivada por la actuación
Aunque no ha estudiado actuación, Leovanna descubrió que tiene talento para el arte dramático. El filme ecuatoriano Mejor no hablar de ciertas cosas es su debut.
A sus 34 años de edad, la arquitecta, modelo y ahora actriz Leovanna Orlandini Febres-Cordero dice saber quién es, qué es lo que quiere, hacia dónde va y, sobre todo, que algunos de los sueños que se tiene cuando se es más joven sí llegan a cristalizarse.
Todo esto se ratificó aún más cuando formó parte del elenco estelar del primer largometraje del director manabita Javier Andrade: Mejor no hablar de ciertas cosas (su título en inglés es Porcelain Horse) que tiene previsto estrenarse el 28 de diciembre en las salas de cine.
La cinta ya se ha presentado en diferentes festivales y ha ganado reconocimientos, entre ellos el premio de Producción y posproducción del Consejo Nacional de Cine del Ecuador.
El filme ecuatoriano, según cita su web oficial, cuenta la vida descuidada de Paco Chávez (Francisco Savinovich). Una vida de drogas ilícitas y de amores prohibidos. Lucía (Leovanna Orlandini), su antiguo amor de colegio, está casada ahora con otro hombre. Una noche, Paco y su hermano menor Luis (Víctor Aráuz) entran en casa de sus padres (Héctor Napolitano y Maribel Solines) con la intención de robar un caballo de porcelana para empeñarlo y comprar más droga. Descubiertos y enfrentados por el padre, las consecuencias de aquel encuentro atormentarán a ambos hermanos para siempre.
Orlandini llega a esta película sin haber estudiado y tener experiencia en actuación, pero el cine no le es ajeno, ya que es amante de las producciones cinematográficas interesantes, las cuales la han ayudado en su faceta de actriz.
“Comparto protagonismo con mi amigo de toda la vida, Pancho. Él, al igual que yo, no tenía experiencia en todo esto, así que Javier nos condujo”, dice.
Sin embargo, a Leovanna le sobraban las ganas para inmiscuirse en esta producción en la que le da vida a Lucía. “Es una mujer que se va degenerando con el tiempo. Es mamá, esposa (su esposo se llama Rodrigo y es interpretado por Alejandro Fajardo) y amante de Paco”, comenta.
¿Pero cómo llega Leovanna a formar parte de esto? Por una llamada que le hiciera el actor guayaquileño y pareja de una de sus mejores amigas, Andrés Crespo, para que participara en un casting. Crespo también interviene en esta producción como un vendedor de drogas.
En un mundo surreal
La propuesta estaba hecha, pero Leovanna no sabía si asistir o no a la audición porque estaba consciente de que no era actriz, aunque siempre le había encantado esta profesión.
“Cuando se es chiquita quiere ser rockstar, actriz, princesa, así que llegué al casting, me dijeron que era para actriz principal. Y que Javier quería ‘non actors’. El casting lo hice con Pancho y nos dieron el papel. Javier me dijo que mi voz le encantó, además, que el aspecto físico que imaginaba de Lucía era igual al mío”, cuenta.
“El equipo de esta película es muy ‘pro’ y eso para mí fue fundamental al momento de aceptar este reto. Javier es bárbaro”, agrega.
Así que después de mentalizarse a “meterse con todo” –como le aconsejó su mamá al enterarse de su nueva faceta– Javier convocó a reuniones en las que conversaron de la película, vieron otros filmes, hablaban de los personajes, para luego comenzar los ensayos y otras etapas previo al rodaje.
Una de las primeras escenas que tuvo que hacer Leovanna con Francisco fue de sexo. “Inicié con lo más complicado, creo que es más fácil llorar que desnudarse. Pero igual le puse mucha seriedad porque tenía que salir bien. Javier la hizo a set cerrado”, revela.
Recuerda que otro reto fue hacer el papel de madre. “Transmitir esa conexión es difícil. Es un amor que si no lo experimentas, no lo puedes demostrar con naturalidad. Y también me costó interpretar a una mujer obsesiva en el amor. En sí esta película ecuatoriana es muy buena, trata sobre problemas sociales, económicos y políticos importantes. Estoy segura que a los jóvenes, en especial, les gustará”.
En todo este proceso tuvo la asistencia especial del actor Alejandro Fajardo, quien la ayudó a controlar algunos tics.
Esa energía mágica...
Confiesa que quiere seguir en este mundo de la actuación. Cuenta que ha conversado con Javier Andrade, quien le ha dicho que es mucho mejor –si ya tienes el talento nato– hacer los castings, ver de qué se trata la propuesta y de ahí armar el personaje para hacerlo tuyo.
Así que espera el estreno de este largometraje, ya que sabe que vendrán cosas positivas. En un futuro le interesaría interpretar personajes polémicos y quién sabe, llegar a ser una chica Almodóvar. “Ahora, si esto no pasa, me dedicaré a lo que venga. Pienso que las cosas llegan en el momento preciso”, señala.
Jugando un poco con el título del filme se le preguntó sobre qué cosas prefiere no hablar, a lo que respondió que de política; aunque siempre dice estar atenta de este ámbito. Eso sí, cuando estuvo inmiscuida en esta producción se desconectó “del mundo real”. “Era una energía mágica la que sentí todo ese tiempo y es algo en lo que siempre quisiera estar inmiscuida”.