‘Multi-David’
La muerte del músico británico David Bowie, ocurrida el 10 de enero, sorprendió a sus seguidores. Pero sus últimas acciones les sugieren que vivió con intensidad.
La teatralidad que envolvió la carrera del cantante británico David Bowie también se extendió hasta su muerte, a los 69 años. O así lo comenta el mundo entero tras enterarse de su fallecimiento, el pasado 10 de enero, a causa del cáncer de hígado que se le detectó hace 18 meses.
Pese a la gravedad de su enfermedad, Bowie decidió mantenerla en privado mientras sorprendía a todos sus fanáticos con la composición y el lanzamiento de su álbum: Blackstar.
También hizo dos videos, Blackstar y Lazarus, el cual muchos han interpretado como una despedida para sus seguidores. Y más aún, Bowie había llamado a su amigo y productor Tony Visconti para comenzar a trabajar un nuevo álbum. Y más todavía, sus últimas fotografías mostraban a un hombre bien vestido y sonriente.
Lejos de mostrarse como alguien derrotado, Bowie se esforzó por aprovechar cada minuto restante. Durante sus últimas semanas, Bowie escribió y compuso cinco nuevas canciones y estaba emocionado por volver al estudio una última vez, según reveló Viscoti para la revista Rolling Stone.
Para noviembre, el cantante ya había terminado Blackstar, pero incluso antes, Visconti ya había descubierto la melodía de algunas canciones. Le dijo: ¡Estás escribiendo un álbum de despedida! Y Bowie solo se rio en respuesta. “Era valiente y su energía era aún increíble para un hombre con cáncer. Nunca mostró miedo y solo estaba concentrado en hacer el álbum”, comentó Visconti para esta publicación.
En el teatro
Respetando los deseos del cantante, el cuerpo fue incinerado de forma privada, pocos días después de su muerte, en Nueva York (Bowie no quería un funeral multitudinario).
Sin embargo, sus seguidores continúan recordándolo en el musical Lazarus, escrito por el propio Bowie con la dramaturga irlandesa Enda Walsh, y que se presenta en el New York Theatre Workshop. Se estrenó el 18 de noviembre de 2015 y es protagonizado por el actor de Dexter, Michael C. Hall.
Fue escrita como una secuela de la novela de 1963 El hombre que cayó a la tierra, de Walter Tevis, que inspiró la película homónima de 1976 protagonizada por el cantante. El musical es dirigido por el innovador director belga Ivo Van Hove.
“Miren hacia arriba, estoy en el cielo”, dice la letra de la canción que da título al musical, uno de los varios temas que Bowie compuso especialmente para el espectáculo. “Tengo cicatrices visibles/ tengo mis dramas, que nadie me puede robar./ Ya todos saben quién soy”.
El próximo 31 de marzo se planea un homenaje al cantante en el Carnegie Hall. “El concierto será recordado como una celebración de su música por sus amigos y fans. Estamos muy tristes por la noticia. El espectáculo será muy emotivo”, comentaron sus organizadores.
Inspiración local
Juan Carlos Vergara, líder de la banda de rock electrónico El Jefe Vergara, tuvo un contacto con el rock clásico desde muy niño y escuchó a Bowie a los 10 u 11 años. “En sus fotos vemos que era realmente un personaje dentro de la música, como un superhéroe. Y su música, indudablemente, impactante y obviamente fue parte del desarrollo musical de muchos otros artistas que hacemos rock en el mundo”, indica el artista. Vergara también destaca el manejo “perfecto de la imagen” de Bowie, en complemento con la música, ya que lo considera un vanguardista con uso del maquillaje y en su actuación sobre el escenario. “Era alguien muy seguro y convencido de su arte. Algo que no muchos saben, era multinstrumentista, tocaba batería, guitarra, saxo, sintetizadores, pero ir más allá, con instrumento de vientos, es de genios”.
Juan Castro y Velázquez, crítico de arte recuerda cuando asistió a una función de la obra El hombre elefante, protagonizada por David Bowie. “Estaba de visita en Nueva York, en 1980 y asistí a una presentación de la obra en Broadway en el Booth Theater. La extraordinaria actuación de David Bowie, a quién jamás vi en un concierto en vivo, fue un impacto imperecedero”, relata. “Terminada la función pasé tras bastidores al camerino del actor donde pude saludarlo e intercambiar un corto diálogo, esto debido que habían otras personas que también estaban allí para felicitarlo”. Sin duda, un enorme privilegio, considerando que Bowie recibió grandes elogios de la crítica por esa actuación.
El teclista Bilo Albán. miembro del grupo Batukka, señala a David Bowie como un músico diferente a los que él escuchaba a inicios de los años setenta; “yo escuchaba rock más pesado (Deep Purple, Led Zepellin) y la música de Bowie era psicodélica, atmosférica, y no seguía los parámetros musicales de las otras bandas”. Albán destaca que, en cada disco, Bowie presentaba una faceta diferente y cada canción en sus discos era distinta, “no se encasilló en un mismo género”.
Tales características de Bowie provocaron que marcara una influencia poderosa en varios artistas, como Lady Gaga y Marilyn Manson, en la parte visual. “David Bowie era un camaleón”, dice Bilo. Y esa versatilidad es parte de su gran legado. (D.L.) (E)