Verde 70: Rock and roll antes del fin del mundo

Verde 70 regresa a los escenarios con nuevos integrantes, pero con la misma pasión por la música.

“Pasado, pisado” o que “de recuerdos no se vive” son frases comunes en el lenguaje popular. Sin embargo, de vez en cuando esa misma melancolía permite encontrar la ruta hacia el futuro.

La noche del pasado sábado 15 de diciembre, en la inmensidad de la explanada del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), cientos de personas fueron testigos de que la bufanda gris no ha perdido su olor y de que el recuerdo de la banda quiteña Verde 70 no se ha ido envuelto en su prendedor.

Sabemos que hay gente nueva interesada en la banda, personas que nunca han visto un show de Verde 70 y esta es una oportunidad grande y al mismo tiempo un reto para nosotros, el cautivarlos con un show y con buena música”, César Galarza

Guayaquil fue la ciudad elegida para el despegue de su gira Seguimos verdes y sus seguidores los volverían a esperar como si fuera la primera vez. Eran más de las nueve y todavía los esperaban. Esperando se les pasaban las penas.

Grupos de amigos, algunos de los cuales aseguraron que el cantar y saltar en el concierto era como volver a sentirse jóvenes, se dieron cita para volver a sentir las notas que cinco años atrás dejaron gratos recuerdos en sus memorias.

También hubo parejas, no todas en el mejor momento de su relación. “A ver si se reconcilian esas parejas que están por allí peleadas, ¿para qué pelearse?”, dijo Darío Castro, vocalista, a la mitad del tema Cuando estoy contigo. Y también lanzó un mensaje más específico: “Me dijeron que dediquemos esta canción a Alonso; Raquelita, ya pues, póngase bien con Alonso”. Este tema fue parte del popurrí acústico que también incluyó la canción Irremediablemente tarde.

Hemos estado acostumbrados a manejarnos de una manera más emocional, que cerebral. Cuando decidimos hacer música, lo hacemos por nuestras inquietudes creativas y es en este momento en que han vuelto a resurgir”.
Darío Castro

Las melodías tuvieron el efecto deseado. Más de una pareja se abrazó y besó antes de seguir cantando el coro y todas sus estrofas. “Cristian Idrovo esta noche en el saxofón y Cesitar Galarza”, agregó al finalizar este segmento.

César Galarza es el segundo integrante original y junto a él, Bastián Napolitano (batería) y Christian Dreyer (bajo), quienes se autodenominaron “los nuevos”.

Nuevos en la banda, pero no en la música. Así lo demostraron en “su espacio” dentro del concierto en el que sorprendieron a todos con una combinación de sus instrumentos, que revivió y puso a bailar al mismísimo Charles Chaplin, quien con su característico sombrero y bastón aparecía en una proyección digital en la parte superior del escenario. La euforia provocó que hasta la camiseta del baterista saliera sobrando.

La fecha elegida para su regreso puede resumirse en una sola frase: “Rock and roll antes del fin del mundo”. “Desde los inicios nosotros siempre hemos estado acostumbrados a manejarnos de una manera más emocional que cerebral y racional. Cuando decidimos hacer música, lo hacemos por nuestras inquietudes creativas y es en este momento en donde ha surgido la inquietud nuevamente de volver a hacer música”, explicó Darío durante la rueda de prensa ofrecida un día previo a su presentación.

Cuando César me llamó y me preguntó si quería formar parte de una banda, yo no sabía que iba a ser Verde 70 y le dije: ¡Claro! ¿de qué se trata? Y me respondió: De rock. Entonces escuché los temas y me gustaron. Y también el poder poner mi participación creativa”, Christian Dreyer

Tampoco les preocupa el tiempo transcurrido ni que sus fans estén un poco más maduros. Ellos tienen muy claro que se enfocarán en hacer las canciones que les gustarían escuchar en la radio, sin ningún tipo de pretensiones.

“El punto es hacer música y en ese sentido, con todo el corazón les decimos: ¡ojalá les guste! Esta es una propuesta un poco más rockera que la anterior, me imagino que se debe al camino que hemos recorrido cada uno de nosotros y cuando nos juntamos esto es lo que salió”, afirmó César.

“Sabemos que hay un montón de gente nueva interesada en la banda, que nunca ha visto un show de Verde 70 y esta es una oportunidad grande, al mismo tiempo, un reto para nosotros, el cautivarlos con un show y con buena música”, señaló.

Para este nuevo comienzo tienen “la bendición” de sus anteriores miembros: Diego y David, quienes, según Darío, sí fueron considerados desde el inicio. “En enero del 2008 hicimos el último concierto de Verde 70 y dos semanas después Diego Sáa viajó a Miami, se radicó allá y nunca más volvió. Lastimosamente su situación actual no le permitió regresar, pero nos dio la venia para que nos fuera bien en este nuevo camino que hemos emprendido, prácticamente, César y yo”, explicó.

Darío me invitó y pensé: ¿Me subo o no me subo al tren? Porque no era solo tocar, tomarte una cerveza y a la casa. Así que me subí al tren, comenzamos a tocar, los temas caminaron y ese fue un incentivo para decir: ¡Me quedo en Verde 70 y con todo!, Bastián Napolitano

“Con David Arízaga fue diferente. Él actualmente está bastante comprometido con su carrera en solitario. Además, él colgó la batería y se dedicó a componer, ya grabó un primer disco y está preparando el segundo, entonces descartó volver a formar parte del grupo”. El primer tema promocional del que será el cuarto disco de Verde 70 se titula Parodia, y fue compuesto por Darío “hace año y medio, dos años”, el cual trabajó con César tal como lo hicieron con algunos de sus éxitos anteriores como Mil kilómetros o Fuiste tú.

“Siempre, para tratar de darle onda a las canciones y que tengan la esencia de la banda, solo las boceteábamos. Aunque eso sí trabajábamos muy bien las guitarras, pero la batería y el bajo eran algo muy básico”, explicó el vocalista. “Fue allí cuando les mostramos los demos a Bastián y Christian y dijimos: ¡vamos a tocar! Y a la semana, Parodia ya estaba terminado casi en su totalidad”, agregó.

Bastián, hijo de Héctor Napolitano, y Christian no eran músicos desconocidos. Tanto Darío como César ya habían compartido con ellos el escenario, así que la invitación a integrarse a Verde 70 no les tardó en llegar. “Todo gira alrededor de la música y cuando César me llamó y me preguntó si quería hacer una banda, yo no sabía que se trataba de Verde 70 y le dije: ¡Claro! ¿de qué se trata? Y solo me respondió: De rock. Entonces escuché los temas y me gustaron. Me gustó la música, me gustaron las letras, me gustaron los riffs. Y sobre todo el hecho de que yo pueda poner mi participación creativa, porque de verdad somos panas”, subrayó Christian.

La llegada de Bastián fue muy similar, aunque aseguró que sí tuvo sus dudas antes de tomar una decisión. “Cuando Darío me invitó al proyecto, pensé: ¿Me subo o no me subo al tren? Porque no era solo ir a tocar, tomarte una cerveza y listo, a la casa, esto sí es un trabajo”, confesó. “Así que finalmente nos subimos al tren, comenzamos a tocar, los temas caminaron y ese fue como un incentivo para decir: ¡Chévere: Me quedo en Verde 70 y con todo!”, dijo. “Creo que todos estamos muy enfocados en que las cosas salgan bien, salgan profesionales, honestas y por supuesto, con ganas de rockear”.

Bastián también formó parte de Los Nietos, agrupación sobre la cual se limita a decir: “Cuando sea el momento de juntarnos, nos volveremos a juntar”.

El pasado 15 de diciembre también se presentaron dos nuevos temas: Tiempo e Invierno, que pusieron punto final a la Alegre Depresión de sus seguidores, que durante cinco años pensaron que su banda se quedaría a Mil Kilómetros.

La respuesta de los asistentes a la invitación de Darío a cantar junto a él en el intermedio del tema Como pez en la arena no dejó lugar a dudas. “Vamos a cantar, llegó el momento de cantar pero ahora sí en serio. A muchos de ustedes acá adelante los conocemos y ustedes atrás ¿cómo están?”, fue la frase que anticipó la serie de “Uoo-o-o”, en diferentes matices de voz que fue coreado por todos. “Muchas gracias, Guayaquil, en serio los queremos mucho. Pasa rápido cuando uno disfruta”. Las siguientes ciudades en su agenda son Quito, Cuenca, Salinas, Riobamba y Loja.