Cancela, no aísla
Quienes viven en las grandes ciudades son víctimas de los ruidos que emiten las bocinas de los carros, tubos de escape, taladradoras, autobuses, camiones, obras, golpes, gritos... Todos estos sonidos componen irremediablemente la banda sonora de cualquier ciudad.
Quizá no todo esté perdido con Sono, un dispositivo que convierte cualquier ventana en un sistema de cancelación de ruido. De momento es un prototipo, pero ha sido uno de los finalistas del premio de diseño James Dyson y la tecnología en la que se basa es la misma que utilizan algunos auriculares que ya están en el mercado.
Está formado por un micrófono que capta el ruido que se quiere anular, un generador que produce ondas que anulan ese sonido y una estructura en círculos concéntricos que está en contacto con la ventana y que transmite la vibración al cristal, convirtiéndolo en la membrana de un altavoz.
El sistema se basa en la propiedad de interferencia de las ondas acústicas: el sonido es una onda de baja frecuencia que, en teoría, es posible anular generando otra onda que interfiera con ella de determinada manera.