Vivir dentro o fuera de la ciudad
Escapar del inquieto estilo citadino o aferrarse al candente dinamismo de la ciudad. ¿Cómo escoger la residencia según su ubicación?
Habitar una vivienda propia seguramente es el sueño y el objetivo de muchas familias en crecimiento, o la meta de una persona que ha alcanzado fortaleza económica. En los dos escenarios, es una decisión muy importante y compleja, pues influye en la calidad de vida de sus propietarios en el mediano plazo.
Por eso es necesario tomar en cuenta dos variables que afectan directamente la elección de su nueva casa, advierte Zulema Alcívar, directora de bienes raíces de Vealmor y Asociados: precio y ubicación. “Debería destinarse para el pago de hipoteca de la casa máximo el 35% de los ingresos familiares”, recomienda Alcívar, porque de esta forma puede contemplar gastos consecuentes como transportación, si decide residir en los límites de la urbe, o alícuotas del mantenimiento del condominio o áreas verdes, por ejemplo.
Por eso es vital primero considerar el precio del inmueble, porque le ayuda a proyectar y cuidar su economía, dice la experta. Recuerde que además de la hipoteca ya corren otros gastos como los de salud, educación, vestimenta y ahorros.
En cuanto a la ubicación, dentro de la ciudad los servicios son más accesibles, las distancias más cortas; se percibe un mayor ahorro de tiempo y movilización. “Entre las desventajas están la inseguridad y contaminación sonora, que no son menos importantes. Una persona sometida al estrés de su trabajo no descansará al 100% si vive en sector muy poblado”, agrega Alcívar.
En tanto que vivir fuera de la ciudad es más beneficioso para la familia, porque en las urbanizaciones hay complejos recreativos pensados para ellos, con la seguridad que cada una ofrece y lejos del ruido de los carros.
La especialista no estima la distancia como un inconveniente para las ciudadelas en la periferia, porque eventualmente nuevos servicios se proyectarán para ellas, como ya ha sucedido. “Esos proyectos terminan siendo integrados a la ciudad porque sus poblaciones demandan exigencias de todo tipo”, los cuales motivan diversas edificaciones.
Con el nuevo aeropuerto, agrega, se desarrollarán también otras clases de proyectos alrededor. “Los nuevos polos de la ciudad tendrán con el tiempo mejores vías de acceso y dejarán de considerarse lejanos”, dice Alcívar.
Adaptarse al estilo de vida
Otro aspecto que ayuda a definir el nuevo domicilio son los atractivos para el estilo de vida del futuro residente. Así aborda Roberto Fernández, gerente general de la promotora Urbaland, la presentación del proyecto La vista de San Eduardo. Es un nuevo complejo urbanístico, a la altura del km 7 de la avenida del Bombero, con espacios comerciales, empresariales y residenciales.
Su concepto es vivir y trabajar rodeado de un entorno natural, al mismo tiempo que diversos servicios de primer nivel están a una caminata de corta distancia, como supermercados, hospitales, colegios. “La idea es salir en bicicleta a los cerros (San Eduardo) desde el departamento, trotar y caminar fuera de casa, no dentro del proyecto, ni usar el carro para hacerlo en otra zona. Es como vivir dentro de la ciudad, pero con los beneficios de estar fuera de ella”, sostiene Fernández.
Los edificios se han proyectado para uso mixto, destinando las plantas bajas a servicios generales (cafeterías, gimnasios) y, las superiores, para oficinas y departamentos. La obra incluso busca destacarse con una plazoleta que integre mayores opciones de entretenimiento a Los Ceibos, explica Juan Santos, gerente comercial del proyecto.
Sin duda, para sus promotores también es una ubicación estratégica, porque además de estar próxima a la vía a la costa, tiene otros accesos, como la Perimetral y la avenida Carlos Julio Arosemena. Y es una propuesta que añade valor a la avenida del Bombero, subraya Fernández, para quien ha estado desatendida por años. “Es una zona de transición que no se desarrolló mucho en el pasado. Aquí terminaba la ciudad y empezaba el camino a la playa. Recientemente fue ampliada y está refloreciendo”. La primera etapa estará lista en abril del 2018 y comprende el área empresarial.
‘Vivir cerca’
Ese es el eslogan del condominio Kennedy Town Center, en la calle Justino Cornejo y Av. Miguel H. Alcívar, a una cuadra de plazas comerciales, bancos, edificios públicos, oficinas, hoteles y más.
Su valor está en aún vivir dentro de la ciudad, dice Víctor Hugo Sicouret, gerente de Proyectos de la inmobiliaria Kuralt, a cargo del edificio. Esa característica ha enganchado a inquilinos de diferentes provincias, sobre todo a familias con hijos universitarios, por su cercanía a las universidades en el norte de Guayaquil, terminal terrestre y aeropuerto. También tiene un público de inversión, quienes compran para vender o mudarse a futuro.
No obstante su localización, el promotor aclara que la obra ofrece el concepto de ‘islas de paz’, un servicio posventa que se encarga de seleccionar a los mejores ocupantes, con base en su comportamiento, actitud de convivencia, entre otros principios que promueven una cultura de comunidad, señala.
Cabe destacar que la edificación se perfila como una propuesta ecoamigable, lo cual también representa un atractivo. “Se terminó de construir en septiembre de 2016, y en junio de 2015 se fue la última volqueta de desalojo”, explica Sicouret, quien añade que en esos meses se reciclaron los desperdicios, como paneles metálicos, madera no renovable y caña. Parte de la chatarra se clasificó para a Hogar de Cristo y el resto se empleó en obras menores.
Contactos: Kuralt :? 099-353-0781; 269-3543. Urbaland: 381-2124; 097-993-8464. Vealmor y Asociados: 0998-851-5450.