Electrifique los malos hábitos
Pavlok es un dispositivo que ayuda a desestimular ciertas prácticas gracias a pequeñas descargas eléctricas.
Cada enero durante la última década, Jessica Irish de Saline, Michigan, se ha hecho el mismo propósito de Año Nuevo: “reducir los bocadillos a altas horas de la noche y perder 15 kilos”. Como millones de estadounidenses, Irish (31 años) habitualmente lo consigue durante unas dos semanas. Pero este año es diferente. “Ya he perdido nueve kilos y he mantenido mi dieta más consistentemente que nunca. Incluso lo más asombroso es que ya rara vez pienso en comer bocadillos de noche”, dijo.
Irish atribuye a un nuevo dispositivo: Pavlok que reemplaza hacer lo que años de dietas, programas de pérdida de peso, gimnasios costosos y su propia fuerza de voluntad. “Cada vez que doy un mordisco a un chocolate, me doy una descarga. Lo hice cinco veces la primera noche, dos veces la segunda, y el tercer día ya no tuve ningún antojo”.
Como el nombre sugiere, el Pavlok (que proviene de las palabras Pávlok en referencia al fisiólogo ruso y a lock, seguro en inglés) usado en la muñeca, usa la teoría clásica del condicionamiento pavloviano para crear una asociación negativa con una acción específica. La próxima vez que usted fume, se muerda las uñas o ingiera comida chatarra, un golpecito en el dispositivo o una aplicación de smartphone producirá un choque eléctrico. La descarga dura solo una fracción de segundo, aunque la severidad del choque eléctrico la configura usted. Puede situarse entre 50 voltios, que se siente como una vibración fuerte, y 450 voltios, que se siente como ser picado por una abeja con un aguijón del tamaño de un picahielo.
Otros dispositivos y aplicaciones incursionan en el cambio conductual vía la terapia de aversión, pero el Pavlok lleva las cosas un paso más lejos, entregando un mensaje mucho más fuerte.
Configurado en descarga baja, se siente como un cosquilleo fuerte. En descarga alta, duele. Mucho. Su creador es Maneesh Sethi, él comenta: “A la gente le encanta o lo odia. No está diseñado para ser doloroso. Es instantáneo, una sensación sorpresiva, una descarga que lo noquea a uno de modo automático”, destacó su inventor. Pero, ¿este tipo de terapia de aversión autoimpuesta realmente funciona? “Es un giro costoso a la idea de usar una banda elástica que uno estira y suelta sobre la muñeca para dejar de tener cierto comportamiento”, dijo Peter Whybrow, psiquiatra y neurocientífico.
Marc Potenza, profesor de psiquiatría en Yale, dice que los investigadores han cuestionado la naturaleza ética de la intervención de choque cuando están disponibles opciones más cómodas como las terapias conductuales cognoscitivas o las intervenciones farmacéuticas.
Estadísticas
La práctica de la terapia de aversión ha existido durante 80 años. El Hospital Schick Shadel, en Seattle, reporta que ha tratado exitosamente a más de 65.000 personas por adicción al alcohol o drogas usando métodos de contra-condicionamiento como los medicamentos eméticos, que hacen a la gente sentir náuseas si beben alcohol, o la terapia de choque supervisada. El director médico del hospital, Kalyan Dandala, dijo que estaba interesado en usar el Pavlok para ayudar a las personas a continuar su recuperación, pero añadió que el dispositivo debería ser supervisado profesionalmente.
Michelle Freedland, practicante de enfermería psiquiátrica en Manhattan, ha trabajado con cinco pacientes que usan el dispositivo para el hábito de comerse las uñas, adicciones, comportamientos convulsivos y más.
El Pavlok ha estado disponible desde noviembre, y Sethi dijo que 10.000 personas lo han usado.
Pese al potencial de dolor y a la falta de respaldo científico sobre su efecto a largo plazo, la retroalimentación sobre el dispositivo en redes sociales ha sido entusiasta, especialmente en personas con problemas de comer, beber y fumar en exceso. (I)