¡Shhh! Menos ruido, por favor

Evite que la bulla de las calles o de las actividades de otros interfiera en su espacio. Y si uno es el ‘ruidoso’, también hay opciones para que los sonidos molestosos no afecten a sus vecinos.

Ruido hay en todas partes: en las calles, por las bocinas de los carros; en el trabajo; en los hogares, cuando colindan con una avenida muy transitada o por las actividades de los vecinos, como escuchar música a todo volumen.

Edgar Yánez, gerente de la empresa Akustiko, Tecnologías Acústicas del Ecuador, explica que existen dos tipos de tratamientos para aplacar los sonidos molestos.

“El primero es la absorción de la bulla, cuando hay excesiva reverberación en un ambiente. Es decir, el rebote del sonido en superficies duras y lisas”. Este eco provoca estridencia en un ambiente, acarreando molestias como la ininteligibilidad de la conversación, lo que sucede en templos, salones, auditorios, coliseos y restaurantes.

Para ello, existen los tableros fonoabsorbentes de MDF, lana mineral de roca, paneles de fibras textiles (Absordan) y espuma. Todo esto se instala en pisos y paredes.

El segundo tratamiento es el aislamiento acústico, lo cual impide el paso del sonido de un recinto a otro, como de una oficina o vivienda a otra, o de la calle hacia un edificio. En estos casos, se utilizan láminas de polietileno químicamente reticulado (en forma de red) como los productos Fonodan, Confordan, Impactodan; vinilos acústicos y placas multicapas (como el Fonac Composite de espuma y vinilo, que absorbe y aísla al mismo tiempo).

Otra solución que propone el arquitecto Alfredo García ante esta situación es construir paredes dobles durante la edificación del inmueble. “Así deja una burbuja de aire entre ambos tramos de pared, que detiene la circulación del ruido. También se le puede colocar espuma flex, que es más efectivo”, agrega el profesional. (I)