Cabeza fría
He tenido muchos problemas que habría podido evitar si solo me hubiera alejado unos minutos a enfriar mi cabeza, antes de responder. Creo que esta es una habilidad valiosísima que debemos cultivar, pero que es casi un superpoder. No tenemos que contestar o defendernos en el momento del enojo, cuando todo está fuera de perspectiva y nuestras emociones toman el control. Siempre terminaremos arrepentidos de nuestra reacción si así lo hacemos. Salgamos de la habitación, pidamos unos minutos, seamos honestos ‘Necesito un minuto para calmarme’, huir hasta que pase la furia y de seguro todos seremos más felices. Es posible, pero requiere esfuerzo constante. Dice la Biblia que digamos todo lo que queramos en nuestra almohada, ‘pero no pequen’. ¿Por qué no intentarlo?
Anita