Niños descuidados
Me ha gustado mucho este artículo (‘Niños descuidados’, marzo 4). Vivo en una ciudad europea, donde los salarios son altos pero el costo de vida es mucho más, y sin tener a mi familia conmigo, puedo decir que dependo de las guarderías para trabajar. Pero yo no vivo para trabajar sino que trabajo para vivir, por eso, los días que no trabajo quiero pasar el mayor tiempo posible con mi hijo de 7 años. Cuando voy de visita a Guayaquil puedo ver en los parques que la mayoría de los niños están al cuidado de “la niñera”.
Yo también crecí bajo el cuidado de una “niñera” en Guayaquil, la cual considero mi segunda madre, pero eran tiempos distintos. Nuestro error como padres es irnos por el camino más fácil. Si el niño está aburrido lo mandamos a ver televisión o a los videojuegos. Ya no fomentamos la creatividad ni el uso de la imaginación. No soy una experta, soy solo una mamá como millones en el mundo que hace “malabares” para trabajar y ser madre al mismo tiempo.
Silvia Quiroga
Muy buena la pregunta del foro. Tengo 3 hijos ya adultos y cuando eran pequeños salía corriendo del trabajo para estar con ellos. Sin embargo, ellos sienten que no les dediqué el tiempo necesario. Cuando salí de la empresa en la que laboré por 20 años y les dije que iba a buscar otro trabajo ya eran adolescentes y me dijeron: “no mamá, no se vaya a trabajar fuera de casa porque recién ahora la conocemos, antes era una extraña para nosotros”.
Ahora ya adultos, quiero conversar con ellos pero una trabaja fuera de la ciudad y cuando viene dedica el tiempo a su vida social, otra tiene novio, así que la mayor parte de su tiempo es para él, y el otro vive en el Facebook. Pero lo bueno es que no vemos televisión y entre las 18:00 y 22:00 sí conversamos un poquito. No hay que perder la esperanza, solo es cuestión de retomar la buena costumbre de dialogar y reconocer en qué hemos fallado.
Judith Caiche
Excelente reportaje. No nos olvidemos que muchos de esos hogares en donde crecen los niños, son hogares que se han integrado con otros miembros, como es el caso de los abuelos cuando los padres se han divorciado. A muchas madres les toca asumir un doble rol, cuando al padre no le interesa lo que pase con su hijo y piensa que cumplir económicamente es lo único que importa.
Es lamentable. Por lo menos, hace unos cuantos años existía el valor de la familia, hoy por hoy sumando la tecnología y demás influencias todo se va perdiendo. En la vida de un niño solo debe existir felicidad y armonía; el resto, vendrá por añadidura con buenos valores y educación.
Carlos Suárez
