Niños y lectura
Comparto mucho lo que dice Santiago Roncagliolo (noviembre 8). Si en casa ningún adulto lee o no se valora la lectura o los libros, será bien difícil que los niños se quieran acercar a este mundo que tiene competidores como la televisión, juegos de video, las tablets y celulares.
Estoy convencida de que si utilizamos el libro como un vínculo agradable y de “experiencia o recuerdo feliz” entre padres e hijos, en los que por un momento, gracias a una historia, nos reímos con ellos, esa experiencia se quedará impregnada en la mente del niño y querrá repetirla. Las historias pueden y deben ser divertidas, a la moraleja no la condeno y podría surgir cómo no, lo importante es tomarse el tiempo para leer. Ahora bien, sí pienso que si no me hubieran hecho leer en el colegio libros como El Quijote, La familia de Pascual Duarte, Mi planta de naranja lima, quizás nunca los habría tenido en mis manos y disfrutado; para el álbum de mi memoria bibliográfica habría sido una gran pérdida.
¿Necesitamos más razones para querer formar lectores? Hay muchas más, pero en esta ocasión me remito al artículo. (O)
Verónica Coello Game, escritora