Juanita Córdova: En la trova yucateca
La cantautora nacional grabó en tierra azteca el disco Un latido de México en Ecuador, con temas de autores yucatecos.
Una voz que nació a orillas del mar, en Salinas. Así usualmente describen a Juanita Córdova quienes la presentan en los escenarios, a los que la cantautora nacional llega segura y dispuesta a conquistar. Lo logra gracias a un talento innato. Ese que su padre, Germán, intuyó en ella a sus 5 años –tiene 42 de carrera–; se fortaleció a la sazón de una constante preparación; y ha traspasado fronteras.
En el 2009 Juanita integró la delegación que representó al país en un festival turístico y cultural que se realizó en Guangdong, provincia de China. Y en marzo pasado viajó a México para actuar en la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey).
La invitación la extendió la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y Juanita se sumó a una comitiva que del 8 al 15 compartió en ese estado mexicano la música, la historia y el arte ecuatorianos. Actuaron en sitios como la Casa de España, en teatro El Olimpo, el parque cultural Santa Lucía y el Rotary Club de Itzamal. Allí, detalla, conoció incluso a Vital Alsar, el navegante español que cruzó el océano Pacífico en balsa y que al recibir los discos que le obsequió le comentó su amor por Salinas: “La punta más sobresaliente del mapa”, le dijo con buena memoria.
Cumplida la consigna todos volvieron, excepto Juanita. Ella se quedó prácticamente un mes. ¿La razón? Al calor de sus actuaciones, en cuyo repertorio privilegió a la música ecuatoriana, recibió la propuesta de grabar un disco de la Trova Yucateca. Se lo planteó el arreglista José Marrufo, primera guitarra del cuarteto mexicano Los Juglares, que en tierra azteca la acompañó en sus intervenciones.
Ya lo conocía, anota Juanita, pues en agosto del 2012 vino al país y compartieron el escenario en un tributo a la mexicana Rosario Sansores, realizado en el Museo de la Música Popular Julio Jaramillo. A la cita acudieron también Roberto Mac-Swiney, presidente de la Trova Yucateca, y Gloria Ruiz, una colomboecuatoriana que integra los Vínculos Culturales, de México.
Al proyecto del disco Juanita se sumó gustosa. Me sentí privilegiada, indica y narra el proceso: “Luego de acordar grabar el disco invitamos al ingeniero Mac-Swiney a sugerir los temas yucatecos más emblemáticos. Así saltaron títulos como Nunca, de Guty Cárdenas; No, de Armando Manzanero; Usted y Perdóname mi vida, de José Monis y Gabriel Ruiz; Reconciliación, de Aurelio Carrillo”.
Los hermanos César y José Marrufo le cedieron dos temas de su autoría: Miente y Sensación extraña. Y ella incluyó Sombras, de Sansores y Carlos Brito.
A Sansores Juanita la admira desde niña, ya que su padre le enseñó de la poetisa melodías como Alondra Fugitiva, Imploración de amor y Filosofía.
Además de grabar el CD, Juanita se dio tiempo para participar en más eventos culturales, donde los pasillos y pasacalles ecuatorianos “fueron recibidos con mucho amor y respeto”. Anota, entre otros, el Museo de la Música de Yucatán y La Guelagetza, feria de hermandad, solidaridad y folclore de Oaxaca (cuna de Álvaro Carrillo, autor de Luz de luna) que recorre México.
El disco que editó en tributo a Yucatán es para Juanita una forma de retribuir el cariño recibido. Se enamoró (de la ciudad) después de escuchar los primeros acordes de sus trovas y poesías de sus bardos. “Dan ganas de quedarse y seguir saboreando de su sol, que convoca a retroceder en el tiempo y vivir la mágica cultura maya”, expresa.
A su nuevo material Juanita lo tituló Un latido de México en Ecuador y lo dará a conocer en agosto próximo, con la presencia de delegados culturales mexicanos.
Sin adelantar fechas Juanita revela que volverá a México, pues los alcaldes de Mérida, Valladolid e Itzamal la han invitado a presentar allá su CD. “Una bendición”, dice la cantante, madre de cuatro hijos (los Gálvez Córdova), todos artistas.