La cercanía de Renoir

20 de Noviembre de 2016
  • Señora Monet en un sofá, 1874.
  • Pierre Auguste Renoir: Autorretrato,1875
  • Figuras en la playa, 1890.
  • Mujer con sombrilla en un jardín, 1875.
  • Baños en el Sena (La grenouillère), 1869.
  • El paseo, 1870.
  • Baile en el moulin de la Galette, 1876.

Describir las sensaciones táctiles que despiertan los lienzos de Renoir es el objetivo de la exposición del museo Thyssen-Bornemisza en Madrid.

El artista francés Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) no supo de fotografía digital ni de redes sociales. Sin embargo, la exposición que se realiza en su nombre en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (hasta el 22 de enero de 2017) invita a sus visitantes a sumergirse en una especie de Instagram de realidad virtual: un espacio lleno de color y de momentos muy naturales y espontáneos capturados en sus lienzos. Tal como escribió su hijo, Jean Renoir: “(Mi padre) miraba las flores, las mujeres, las nubes del cielo como otros hombres tocan y acarician”.

La exhibición ha escogido más de 70 obras que se presentan bajo el nombre Renoir: intimidad.

“Frente a la concepción habitual que reduce el impresionismo a la pura visualidad, la exposición destaca el papel central que ocupan las sensaciones táctiles en los lienzos de Pierre-Auguste Renoir, y que pueden percibirse en las distintas etapas de su trayectoria y en una amplia variedad de géneros, tanto en escenas de grupo, retratos y desnudos como en naturalezas muertas y paisajes”, explica el sitio web del museo.

El recorrido temático se divide en cinco secciones: impresionismo, retratos, paisajes, escenas familiares y domésticas y bañistas. Este último apartado incluye los desnudos, uno de los motivos predilectos de Renoir, y que cierran el recorrido. “Aunque los impresionistas apenas tocaron el tema por considerarlo demasiado académico, Renoir reivindica en su serie de bañistas al aire libre una naturaleza atemporal y una visión edénica marcada por la sensualidad de las modelos, la riqueza del colorido y la rotundidad de las formas”, subraya el sitio 20minutos.es.

Las piezas permiten, según explican sus organizadores, descubrir cómo Renoir se servía de las sugerencias táctiles de volumen, materia o texturas (de vestidos, paños, toallas, cabelleras, plumas de sombreros) como vehículo para plasmar la intimidad en sus diversas formas –social, amistosa, familiar o erótica–, y cómo ese imaginario vincula obra y espectador con la sensualidad de la pincelada y la superficie pictórica.

“Mientras en los retratos de grupo de Manet o Degas por ejemplo, los protagonistas mantienen la distancia entre ellos y con el espectador, Renoir dota a sus figuras de una cercanía tangible. En sus escenas con dos o más personajes, es habitual que estos participen en un juego de alternancia entre el contacto visual y el contacto físico, parejas de hermanos o de madres e hijos en las que uno de ellos mira al otro y este le corresponde tocándole con la mano”, dicen desde el museo sobre la exposición, comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Thyssen. “Renoir cultiva la empatía con sus personajes y en cada una de sus pinturas parece que invita al espectador a entrar en ellas”, señala Solana.

La muestra, compuesta por obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, tiene el mecenazgo de Japan Tobacco International (JTI). Se exhibirá posteriormente en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre el 7 de febrero y el 15 de mayo de 2017.

Los sentidos

“Me gustan los cuadros que me dan ganas de pasearme por ellos cuando es un paisaje, o bien de pasar la mano sobre un pecho o una espalda si es una figura de mujer”, expresó el pintor. “Para mí un cuadro debe ser algo amable, alegre y hermoso, sí, hermoso. Ya hay demasiadas cosas desagradables en la vida como para que nos inventemos más”.

Esas son frases que demuestran la importancia que le otorgaba el artista a la belleza y a su capacidad de transmitirla, a través de sus cuadros. Siguiendo esa misma línea de pensamiento, la exposición está diseñada para explotar los sentidos de sus visitantes: incluye un ciclo de cine en el que se proyectarán películas influidas por el pintor, entre ellas, La hija del agua (1925), debut de su hijo Jean como director, y la instalación Un hermoso jardín abandonado, una sala en la cual los visitantes pueden usar sus sentidos para tocar superficies, oler esencias y escuchar sonidos presentes en la obra.

Renoir en Barcelona

Desde el 16 de septiembre, la Fundación Mapfre de Barcelona, también exhibe la obra del pintor francés en sus salones con la muestra Renoir entre mujeres. Del ideal moderno al ideal clásico.

La agencia de noticias Efe recogió las declaraciones de Paul Perrin, comisario científico de la muestra, quien afirmó que Renoir se rodeó de mujeres en vida y reflejó su delicadeza, su sensibilidad y su voluptuosidad a través de su pincel” y se puede considerar que Renoir es “el pintor de la mujer”, hasta el punto de que en el único autorretrato presente en Barcelona aparece junto a una mujer. Las obras que se exhiben en la muestra de Barcelona provienen de los museos D’Orsay de L’Orangerie. (D.L.A.) (I)

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