El regreso de Vargas Llosa

Por Hernán Pérez Loose
13 de Octubre de 2013

En La storia, la escritora italiana Elsa Morante adopta una peculiar visión de los años del fascismo en su país al concentrarse en la vida cotidiana de individuos excluidos de la sociedad, personas cuyas existencias, con sus pequeños sueños y dolores, pasaran ignoradas seguramente por los historiadores e inadvertidas por sus testigos. En esa gente común, Morante descubre a los verdaderos forjadores de la historia, –aquella que se escribe con mayúscula–, aquellos pequeños héroes y víctimas a la vez.

Hay una sensación similar leyendo El héroe discreto (Alfaguara, Madrid. 2013, 380 páginas), la última novela de Mario Vargas Llosa. En ella el autor nos introduce en la vida de dos individuos que llevan una vida relativamente ordinaria, casi hasta mediocre, dentro del contexto en que se mueven, pero que deben enfrentar un día durísimas adversidades.

Felícito Yanaqué, es un pequeño y ordenado empresario de Piura, propietario de un negocio de transportes interprovincial. Su negocio lo heredó de su padre, un hombre más pobre que él, trabajador y sobre todo muy honrado (“...un chulucano humilde, sin educación, sin zapatos, al que su mujer había abandonado y, rompiéndose los lomos, lo crió a Felícito haciéndole estudiar, aprender un oficio, para que saliera adelante...”).

Ismael Carrera, por su parte, es un próspero empresario limeño, propietario de una importante empresa de seguros. Con más de ochenta años a cuesta, viudo y con dos hijos engreídos y vagos, Ismael ha amasado una fortuna.

El primero será víctima de un chantaje. Cartas anónimas comienzan a exigirle dinero, a cambio de darle “protección” a él, sus allegados, y su negocio. Felícito, que ignoraba que esta era una práctica generalizada en Piura, a la que cedían los empresarios como él, recordando las últimas palabras de su padre (“Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo...”) decide rebelarse y no ceder a la extorsión. El segundo, ante el descubrimiento que sus hijos deseaban su muerte para heredar su fortuna decide también rebelarse tomando una decisión que escandalizará a la alta sociedad limeña.

Las dos tramas se van desarrollando en forma simultánea, con un estilo intenso. Al final los dos protagonistas terminarán superando los desafíos que se les presentan, aunque al hacerlo sus vidas se quedarán afectadas seriamente.

En la novela regresan algunos personajes conocidos del imaginario de Vargas Llosa, como el sargento Lituma, Rigoberto, Lucrecia, y Fonchito. También va el lector a reencontrarse con Lima y Piura, y en general con la sociedad peruana.

hernanperezloose@gmail.com

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