Bienalsur: Ya está en Guayaquil
“Bienalsur presentó una convocatoria abierta que democratizó el procedimiento preestablecido en las bienales y permitió a varios curadores y artistas participar con sus propuestas”.
De septiembre a diciembre de 2017 se desarrollará la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur simultáneamente en 16 países. Participarán más de 350 artistas y curadores de los cinco continentes en 100 exposiciones distribuidas en museos, centros culturales y zonas de espacio público de 32.
Bienalsur es organizada por la Universidad Nacional Tres de Febrero (Buenos Aires, Argentina), bajo la dirección general de Aníbal Jozami y la dirección artístico-académica de Diana Wechsler. Bienalsur presentó una convocatoria abierta que democratizó el procedimiento preestablecido en las bienales y permitió a varios curadores y artistas participar con sus propuestas. Su fin es promover la integración de culturas y la erradicación de fronteras a través del arte.
En el eje curatorial “Colección de Colecciones” de Bienalsur, el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC, Guayaquil, Ecuador) presenta su colección y acoge las obras de la colección del Museo Castagnino+Macro (Rosario, Argentina) para exhibirlas conjuntamente en la muestra Maquinaciones. Fotografía, instalación, videoarte, pintura, son algunos de los formatos presentes. La curaduría estuvo a cargo de miembros del Consejo Internacional de Curaduría Bienalsur, Fernando Farina y Marina Aguerre.
La exhibición se origina con la pregunta: ¿Es posible promover un verdadero diálogo en condiciones de paridad entre distintos puntos del planeta y que se origine desde el sur? Bienalsur no fomentó la colaboración en la curaduría ni en la museografía de Maquinaciones, así la situación de paridad no se concreta. La pregunta desenmascara una situación de desventaja. El MAAC se atascó con la carga de preservar su colección de arte precolombino, mientras que el Macro es una institución que se independizó y evolucionó a ser exclusiva para el arte contemporáneo.
En Maquinaciones ambos patrimonios dialogan guiados por un hilo curatorial cuya fuerza fluctúa. Al ingresar se atraviesa una sala que proporciona narrativas de identidad y denuncia, entre ellas la obra ¿Quién fue?, de la artista argentina Graciela Sacco. No es sino después de atravesar una quinta parte de la muestra que información sobre la exhibición, el origen de sus obras y el propósito de su curaduría aparece.
Más de 40 obras, entre ellas las de León Ferrari, Roberto Matta, Luis Molinari, La Artefactoría, Liliana Porter, Oswaldo Guayasamín y Andrea Juan, maquinan diferentes temáticas a lo largo del recorrido. Ante la ausencia de fichas técnicas detalladas sobre cada una de las obras cabe mencionar que ambos museos cuentan con un registro digital de sus colecciones en internet.
Durante mi visita el calor de la ciudad invadió las salas al encontrarse apagada la climatización; recordemos que esto no solo afecta al público sino a la preservación de las obras. Fue lamentable ver el leve deterioro en el óleo La Muerte de Jorge Velarde, 1990. Mi apreciación del arte audiovisual fue interrumpida por la orden de que “veinte minutos antes de la hora de cierre se debe apagar los televisores”, lo cual me obligó a volver al día siguiente. Relatos (Lipsync) de Leticia El Halli Obeid, no estuvo exhibida debido a una falla técnica.
Si bien el MAAC tiene una infraestructura sobre el promedio en relación con otros espacios de la ciudad, como he manifestado en repetidas ocasiones son los pequeños descuidos de la institución los que revelan que esta no se encuentra preparada para acoger eventos internacionales como Bienalsur. Entre todo, la intervención de la Universidad de las Artes en la programación del MAAC sin duda ha sido beneficiosa para ambas partes en el 2017.
Bienalsur ha resultado en la materialización del ideal de un continente unificado, así sea temporalmente. Es importante recalcar que Bienalsur ha cumplido con una necesidad que una bienal de este estilo merece, el documentar extensamente su producción para ser apreciada equitativamente en cada uno de los rincones donde ha llegado. (O)