Escritor espía

06 de Septiembre de 2015
Agencias

Un asesino se une a un grupo terrorista para acabar con el presidente de Francia, Charles de Gaulle. Un periodista investiga los diarios de un viejo judío, en los que acusa a un jefe de un campo de exterminio en la Alemania nazi. Un espía detalla la planificación estratégica de Sadam Husein, en Irak. Son algunas de las historias de intrigas que ha desarrollado por más de 40 años Frederick Forsyth (1938). El escritor británico elogiado por el realismo asombroso de sus thrillers, desde Chacal (1971), en el que narra el plan para asesinar a Charles de Gaulle en los años 60, hasta La lista (2013), libro que ahonda en el terrorismo islámico en Estados Unidos. Unas 20 novelas en cuatro décadas, que suman 70 millones de ejemplares vendidos.

El escritor ha reconocido en su autobiografía, de próxima publicación, que trabajó como espía del servicio de Inteligencia Exterior de Reino Unido (MI6) por dos décadas. Así se confirman las sospechas de muchos de sus aficionados a sus novelas de espionaje, distinguidas por su extraordinario realismo. Sus andanzas como espía comenzaron durante la guerra de Biafra (Nigeria) de 1967 a 1970, cuando agentes de inteligencia se le acercaron “para ver si podía contar lo que estaba pasando”, según relata Forsyth. “El último año de la guerra mandé tanto noticias a los medios como informes adicionales a mi nuevo amigo”.

Forsyth aceptó comprobar para el MI6 si, a diferencia de lo que decía el propio Ministerio de Exteriores de Reino Unido, “estaban muriendo niños a manos de la dictadura de Lagos”, según informa la BBC.

El novelista apunta que no cobró honorarios por ese trabajo. “Se trataba de un acto voluntario en un ambiente que era, por aquel entonces, muy diferente, con la Guerra Fría a todo trapo”, ha declarado el escritor, quien sí recibió como contraprestación el beneplácito del MI6 para introducir sus experiencias reales como espía. “Me decían que les mandara las páginas para que las aprobaran o las censuraran. Por lo general, la respuesta era ¡OK, Freddie!”, señala Forsyth.  (I)

  Deja tu comentario