Nicanor Parra a los 98 años y con Hamlet
En su casa costera de Las Cruces, henchido de la creatividad profana y desafiante que colma su obra, Nicanor Parra cumplió el 5 de septiembre 98 años entre el impulso de retomar una traducción de Hamlet y un reciente interés por explorar el lenguaje de los niños.
La exploración del lenguaje de los niños es tan viva que podría incluso desplazar a Hamlet y a todo Shakespeare, dijo Cristóbal Ugarte, nieto del creador de la antipoesía, que ha representado a su abuelo en varios actos oficiales.
Nicanor Parra ha admirado toda su vida a Shakespeare y ha sostenido que Hamlet es su mejor obra, pese a que en el 2004 publicó Lear Rey & Mendigo, una traducción aplaudida por la crítica y que el argentino Ricardo Piglia quiere montar en Buenos Aires.
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Parra inició la traducción de Hamlet en el 2003 cuando se basó en un comentario de Horacio tras la muerte de Hamlet para lamentar el fallecimiento de Roberto Bolaño, el autor de Los detectives salvajes.
En el 2009 dio los últimos retoques al libro El marica de Shakespeare, que muestra que estaba aún cercano al autor de Hamlet.
Nicanor Parra, cuyos admiradores han revitalizado su candidatura al Premio Nobel, cumplió años ensimismado, pero siempre creativo, vital y vigente.
Hace casi 60 años desde que en 1954 Nicanor Parra irrumpió con su antipoesía (“durante 50 años la poesía ha sido el paraíso del tonto solemne”, escribió en La montaña rusa) e ironizó con Pablo Neruda, a quien se refirió como La vaca sagrada, y con Vicente Huidobro, al que denominó El pequeño dios.
Parra convirtió en versos el habla callejera y construyó, según los críticos, una nueva poesía, con una libertad insobornable y una ironía radical. Efe