Parque macabro
Dismaland es el parque temático creado por el célebre grafitero británico Banksy. Una visión particular de un centro de atracciones.
Un castillo que se cae a pedazos, una Cenicienta fotografiada por paparazis –tras un accidente de carroza– y balsas con migrantes subsaharianos, son algunas de las atracciones del nuevo parque de “diversiones” del famoso grafitero británico Banksy.
Lo bautizó como Dismaland y en él recrea su visión siniestra y satírica de la actualidad. Para conseguir visitantes su creador subió a internet un video promocional del parque en el que se muestra a una familia que está buscando algo diferente para pasar el día juntos. Al igual que el parque temático, la grabación tampoco es apta para toda la familia ya que tiene un aire sombrío y un impactante final.
Está ubicado en un viejo parque acuático en una pequeña localidad perdida de la costa oeste de Inglaterra. A la entrada se puede leer y escuchar: “Bienvenidos a Dismaland... la vida no es siempre un cuento de hadas”, que repite el altavoz a los asistentes que se atreven a cruzar sus puertas.
En Dismaland, a diferencia de Disneyland, nada parece estar hecho para la felicidad del visitante. Al contrario de su “hermano bueno”, este “parque del desconcierto” (bemusement park, como lo llama el propio artista) está concebido para dar un baño de la más cruda realidad al visitante que se anime a pisar sus instalaciones.
Desde que entran, los visitantes se someten a una incómoda recepción, ya que son revisados exhaustivamente por guardias de seguridad falsos, cuyas insignias son ridiculizadas. La burla al poder y a la autoridad es una constante en la obra de Banksy y en este parque se plasma en todas sus vertientes posibles.
El artista recurre a la burla a partir del propio nombre del parque, jugando con el significado de la palabra en inglés dismal (deprimente) y utilizando la fuente de letra del famoso parque de Disney. Cada una de las atracciones que conforma el bizarro parque, son una crítica en sí mismas al consumismo, los bancos, el maltrato animal y las políticas migratorias. Conceptos como la felicidad, entendida dentro de la lógica del sistema capitalista, son banalizados y ridiculizados por el artista o a través de todas las obras que se encuentran en el parque.
Además, el parque no ofrece muñecos con ganas de abrazar, sino empleados deprimidos y enojados, que no permiten las risas entre los visitantes. Para formar parte del ambiente de forma más adecuada, también se regalan globos con la leyenda “Soy un imbécil”. Todo aquí apela al humor negro, para cuestionar la realidad que impera en el mundo actual en el que vivimos.
El controvertido parque, que estará abierto hasta finales de septiembre, cuenta además con 10 obras del artista Banksy y otras 58 de varios artistas internacionales procedentes de 17 países. Entre ellos se pueden encontrar algunos famosos como Damien Hirst o Jenny Holzer y otros desconocidos, todos tratados como iguales. (A.C.J.) (I)