El Editor Carlos A. Ycaza
Adicciones musicales
Adicciones musicales
El encuentro fue hace años en el lobby del Alice Tully Hall en Nueva York. Comprando con mi hijo las entradas para el concierto de Philip Glass que se realizaba esa noche, desde una van para discapacitados y empujando a un señor en silla de ruedas, el propio Glass entraba.
Cuando me suceden este tipo de encuentros, no soy responsable de mis actos. Me acerqué: “Señor Glass, ¿usted sabe que no he podido dejar de escuchar su música desde que oí Glassworks por primera vez?”. Él me miró con curiosidad. “¿Y usted es casado?”. Me quedé desconcertado. “Sí”. Sonriendo, acotó: “¿Y su esposa sigue con usted?”. No recuerdo mi respuesta.
Fue un momento imperecedero, conocer así a una figura que era parte de mis adicciones musicales. El señor de la silla de ruedas intervino: “Yo soy igual que usted”. Era Chuck Close, el célebre pintor amigo de Glass, al cual le hacía un tributo musical en la velada. (O)