La tentación de ponerme en la foto con Pandilla fue grande, y si me dicen figureti, bueno, no será la primera vez. En el fondo no me siento así, especialmente cuando lo que me motiva es el sincero orgullo de conocer a un personaje excepcional y poder traerlo para ustedes en esta edición, en el magnífico reportaje de Moisés Pinchevsky .

Jonathan Pandilla Mosquera es uno de aquellos atletas con auténtica madera de campeón, no solo por sus increíbles proezas en las rampas con su bicicleta voladora que le ha valido reconocimientos internacionales, sino por algo mucho más profundo: un espíritu noble y férreo a prueba de toda clase de rechazos y riesgos, que además viene de un hogar humilde.

A mucho orgullo de él y de su familia, este joven nos cuenta una historia inspiradora. Lo que solo comprueba las palabras inmortales de Goethe: “Cuando uno se mueve con pasión y se entrega totalmente a una buena causa, el mundo se mueve con uno y más cosas buenas se te pegan”.