Es hoy nuestro tema de psicología, pero para la mayor parte de la raza humana los lazos de amistad muchas veces no son parte del autoanálisis que los especialistas nos traen. Quizás porque los sentimientos que conllevan esas relaciones tienen que ver con una empatía que nos acompaña desde la niñez: “Tomar al otro tal como es, sin pretender cambiarlo, que no es lo mismo que tolerarlo...”, dice el psicólogo clínico Óscar Nieto.

La exploración nunca termina y en la mayor parte de los casos los misteriosos vericuetos de las relaciones de amistad se confunden, especialmente cuando el escenario es en el trabajo. Siempre me conecto a poetas como Juan Ramón Jiménez: “Yo trato a Platero cual si fuese un niño. Si el camino se torna fragoso y le peso un poco, me bajo para aliviarlo... Es tan igual a mí, tan diferente a los demás, que he llegado a creer que sueña mis propios sueños”. (O)