El Editor Carlos A. Ycaza
De los soñadores
De los soñadores
La primera vez que lo vi fue en la pantalla chica en blanco y negro, presentaba filmes de cantantes franceses como Charles Aznavour o Johnny Holiday. Bernard Fougères ya estaba en su piano en 1967 en el Cerro del Carmen, no creo que con Mafalda. Ella vino después. Eran tiempos de una televisión que era como tierra virgen y por eso podíamos tener lo que parecía un personaje extravagante, diferente, con su acento francés y su creativa manera de combinar lo callejero con las tragedias griegas o Chopin. Además de ser un bon vivant, tenía una sensibilidad social única. Yo me fui a Nueva York en 1968 y regresé en 1977 a trabajar en Canal 2 y entonces descubrí al Bernard de fuera de pantalla, que era exactamente el mismo: un soñador de utopías y de aperturas a todo lo humano, destilando optimismo a pesar de que de súbito podía traernos lo mórbido. Un ser auténtico, que no se irá nunca de nuestros corazones.