En algunas universidades ese cargo es materia de rigurosos estudios. Pero Reynaldo Cañizares (1963-2012, foto) fue un artista, el magnífico pianista guayaquileño que se especializó en Rusia, lo que le significó un reconocimiento internacional que no impidió que él se radique finalmente en su querida Guayaquil y forme el Conservatorio Rimsky-Kórsakov, de donde salió una camada de jóvenes talentos que avanzaron el desarrollo de la música clásica en el país.

En La Revista hemos tratado siempre de priorizar a estos visionarios por su complejísimo y necesario trabajo, demasiadas veces solitario y sin el reconocimiento que la sociedad les debe. Reynaldo no está hoy en nuestros reportajes como en otras ocasiones. Pero siempre seguirá con nosotros, recordándolo con estas palabras de Coco Chanel: “La vida de todos los días es secundaria, la verdadera es la vida de nuestros sueños, esa es la que importa y la que queda”.