La magnitud del evento de la ONU no tenía precedentes en el país. Hábitat III se tomó Quito con la fuerza de una erupción, porque durante algunos días el tránsito se suspendía en varias calles para que los miles de visitantes que venían de todas las latitudes se desplacen y caminen libremente por la capital, en las diversas rutas de los sitios donde se desarrollaban presentaciones, conferencias y paneles con famosos urbanistas. El objetivo es cimentar las bases de un futuro sostenible en las urbes del mundo.

Es lo que palpó Gisella Quintana en su visita, trayéndonos algunos reportajes que continuarán en siguientes ediciones. Pero si hubo algo que deslumbró sus ojos fue el show de luces que se proyectó sobre diversas fachadas del Centro Histórico de Quito, con técnicos franceses y nacionales que convirtieron la capital en un sitio encantado. (O)