El Editor Carlos A. Ycaza
Nuestro patrono
Nuestro patrono
Y no lo digo para que se rían. Esto es extremadamente serio y sale de un editor que ha estado en algunas aguerridas trincheras en otros medios de comunicación de prensa, televisión y radio, además de no haber sido nunca un católico practicante.
Pero a lo que nos lleva el tema de nuestra portada con el inmortal legado de san Francisco de Asís es a la misma reflexión que el papa ejerció en su sabia decisión de hace pocos días al convertirse en el primer Francisco del papado en varios siglos.
Difícilmente se encuentra un personaje más necesario –imprescindible es la palabra– que nos enseñe los valores esenciales para tiempos carentes de liderazgos espirituales. La figura del humilde santo de Asís se conecta con aquella sensibilidad humana, ecologista, tolerante, repleta de amor por todos los seres vivientes y más que nada integradora. Para Francisco no existían diferencias de ningún orden y hasta las piedras en el campo que recorría con los pies descalzos tenían un significado. Por eso, su huella adquiere la preponderancia que debería tener ahora en cada uno de nuestros actos y decisiones.