Escribir sobre el tema me produce una nerviolina un tanto fastidiosa, porque los enfoques de orientación nunca han sido mis fortalezas. Y habla un abuelo de dos pequeños nietos y tres hijos treintones.

Por eso esta revista dominical hace tanto énfasis en esas notas. Llegar a sus hogares todos los domingos con testimonios y reflexiones que fortalecen los lazos familiares siempre fue nuestra obsesión y prioridad. Ahora Liliana Anchundia en la nueva sección Enlace se concentra en la complejísima tarea de los padres cuando advierten en sus hijos adolescentes las primeras semillas de las relaciones sentimentales.

“Precisamente porque yo percibía a los 15 años un miedo latente a los enamorados, en mi madre”, dice Liliana, “es que ahora siendo mamá de hijas adolescentes, veo la obligación de llevar estas discusiones a la intimidad hogareña”.

La tarea de detectar lo que son simples ilusiones o fantasías y lo que puede conllevar una obertura para una relación más fuerte le toca también a los padres, por eso la importancia de que en el oxígeno familiar se transpire una actitud sensible y de mucha confianza para promover el diálogo.