El Pancho que se nos fue del mundo del tenis el año pasado era más que una gloria del deporte nacional. En los recuerdos de Agustín Sensación Febres-Cordero, el hombre era un auténtico personaje, por su calidez humana y un sentido del humor a prueba de metralla. Y esa vida ejemplar: salido de un hogar muy humilde, trabajando como pasabolas en las canchas del Tenis Club y convirtiéndose con su golpe de raqueta a doblemano en un campeón mundial del deporte.

Su simpatía natural lo llevó a las mansiones de las grandes estrellas de Hollywood, contactos que motivaron a Febres-Cordero a organizar el Torneo de Celebridades Pancho Segura en el Tenis Club durante varios años, donde Pancho llegaba con un séquito de amigos del cine y la televisión que compartían la acción tenística con figuras locales, siempre a beneficio de obras de ayuda social. (O)