El Almirante de la av. Quito

Paseando por la avenida Quito, me encontré con este  personaje. Me cuidó el auto mientras lo entrevistaba y me tocó ayudarlo también a mover carros para hacer espacio para otros. Eso sí, una entrevista larga y tendida pero con la promesa de que le lleve su foto impresa. ¡Un gustazo!

Exactamente ¿a qué se dedica?

Cuido carros aquí en la calle y controlo la entrada de esta librería evangélica.

¿Y esa facha de marinero?
Lo de marinero me gustó desde muy temprano, yo quería ser marino, un suboficial de la Marina.

¿Y qué pasó con eso?
Me da vergüenza, pero lo tengo que decir. Le conté de mi sueño a mi mamita y ella le contó a mi papá, un hombre que no comprendía…. [interrupción para mover un auto, recibir el pago del que sale y hasta luego] Mi papá le contestó así: ¡mandar a la escuela a estos muchachos es gastar plata! ¡Así que mejor que vaya a arrear el ganado y agarre su machete!

Veo que encima tiene un silbato, corbata, sombrero, cadenas…
Las cadenas me las envió familia mía desde Manta. Acá toca también usar mangas para cubrirse del sol que la piel se va dañando. El sol está venenoso (muestra el brazo).

¿Y el uniforme de parada, el de diario…?
Este uniforme blanco me lo regalaron unos amigos de la Marina. Ellos me ayudan.

¿No ha pasado por aquí algún marino alguna vez y se le ha cuadrado?
¡¿Cómo que no?! Sí han venido ¡y vienen todavía! Suboficiales, sargentos  y así sucesivamente. Cuando yo caí enfermo de la próstata, me hice curar ahí en la Marina.

¿Con uniforme y todo?
¡Con tooooooodo!

Usted es un duro.  Está aquí toda la semana me imagino, y los domingos, ¿qué hace?, ¿se va a navegar?
No, a descansar.

¿Qué le parece esta facha?Coméntenos