Estrella de Octubre
Una exreina de Guayaquil, con las estrellas hasta los pantalones (literalmente) y bien puestos, fue a la cancha a ver a su esposo jugar fútbol. Explica que no es bochinchosa pero sí picadísima y, además, me enseñó que en España, se dice bailaora y no bailadora. ¡Olé!
¿Bailaora?
¡Bailarina de flamenco!
Eso me sonó como a lavadora. ¿De dónde viene eso?
A las bailarinas de flamenco se las llama así. Viene del sur de España.
¿Qué onda con tu facha? Exreina de Guayaquil, ¿por eso son las estrellitas?
¡Esta es la ropa que me pongo siempre!
¿Como uniforme?
¡No! Me la puse hoy, porque... ¡Yo qué sé! Es lo que vi y tenía ganas de ponerme. En realidad, no me gustan los pantalones skinny, pero ¡es bonito este de aquí! Este estampado me encanta, las estrellas me encantan.
¡El estampado vale más! Aunque te digo la verdad, ¡pareces la bandera de Estados Unidos!
No, a mí me gustan las estrellas, no por la bandera.
Pero con esa camisa…
Sí, ya me lo dijeron hoy. Pero la diferencia es que las rayas son cafés en vez de blancas.
¡Es como una bandera vieja entonces! Desgastada y vintage. ¿Cómo así por esta cancha?
Vengo a ver a mi querido esposo jugar fútbol.
Aaaah…
En realidad, vengo a dejar la invitación del cumpleaños de Juan Dieguito (su hijo). Pero sí, también lo vine a ver, pero ya mismo me voy, tengo un ensayo.
¿No serás de esas esposas que gritan desde la bandas “¡mi amor, tú eres mejor que todos, mete gol, pum pum!”?
¡Sí!
¿Y si le hacen falta? ¿“Expulsen a ese desgraciado”?
No. Aunque bueno, yo soy picada. Si alguien le hace algo a mi esposo, yo grito y saco las garras.
Tu esposo ha de ser un ángel caído del cielo...
¡Tanto, tampoco!
¡Ahí ya no me meto!