Cambio de esquemas
Las tendencias como un régimen estricto dejaron de predominar en el siglo XXI.
Hay una visión más amplia sobre ideales de belleza, el consumo y el diseño como ejes en la moda. Estos parámetros han marcado en los últimos quince años la nueva era de una moda al alcance de todos. ¿A qué se debe?
Cuando apenas se dejaba de lado el temor por el ‘fin del mundo’ con la llegada del año 2000, las personas se despojaron de los excesos tanto en compras como en prototipos de belleza que atentaban contra la salud. La socióloga de moda argentina Susana Saulquin indicó a Fucsia Ecuador (noviembre 2012): “Todas esas siluetas van a estar influenciadas por el biotipo del cuerpo real, que es el que va a mandar en este siglo”.
Y fue así, las tribus urbanas se tomaron la moda y las top model dejaron de ser referentes de belleza. Sumado al surgimiento de agencias de modelos con estereotipos diversos, fueron clave de una nueva relación entre la moda y el público.
Por otro lado los diseñadores dejaron de inspirarse a puerta cerrada, para mirar las calles y descifrar el nuevo código de vestimenta. Y así llenar las expectativas de los clientes. Karl Lagerfeld entendió esto e hizo que Chanel dejara de lado las prendas con excesos de lujo, para proponer el uso de accesorios deportivos en la pasarela.
Tendencias en 15 años
Apareció la moda sustentable, comandada por Stella McCartney como una de las pioneras. Los consumidores también hicieron su parte con el reciclaje de prendas como estilo de vida y opción de negocio. Múltiples marcas se preocuparon por implementar programas de responsabilidad social.
Podemos mencionar también las prendas funcionales, el concepto de las compras inteligentes y la democratización de la moda con el surgimiento de blogs y colecciones de prendas de lujo en tiendas masivas con precios asequibles, como resultado de un proceso evolutivo que, según Saulquin, podría seguir la misma corriente hasta el 2050.