‘In’ el resto del año
Tres accesorios marcan la pauta para la segunda mitad del 2017: sandalias bajas, pescadores y lencería ‘que se deja ver’.
Los zapatos del 2017: las sandalias
Cuando el termómetro sube y el calor aprieta, lo ideal es calzarse unas bonitas sandalias. Las favoritas son las slides, las de tacón imponente y las superadornadas.
Las slides son sandalias sin tiritas, tipo pantufla, abiertas en el talón, en las que no hay más que deslizar el pie (slide es deslizar en inglés). De ahí a que hay cada vez más zapatillas abiertas por detrás que imitan este tipo de zapato. Una de ellas son las ‘ojotas’. Es un tipo de slides consistente en una suela de goma y una tira que cubre el empeine hacia el medio, como las chanclas. La ojota original es la clásica Adilette de Adidas, la cual sigue contando con una suela de plástico, pero ahora es más llamativa con estampados florales con rayas.
Las sandalias altas, en cambio, juegan un papel importante con tacones cuadrados, en punta y plataformas. Otras de las grandes tendencias de esta temporada son los brillos. Los zapatos vienen muy adornados, incluso el modelo más deportivo. Los moños están a la orden y algunos son bien grandes, para llamar la atención. También se ven muchas aplicaciones como mostacillas, perlitas, lentejuelas, pompones, plumas o borlas.
Pantacourt o ‘pescadores’
Las clientas los aman: los pantalones tipo pescador. Si bien la mayoría de los modelos que se venden son al cuerpo o más bien angostos, quienes buscan algo un poco más osado apuestan también por modelos más amplios.
La gracia de estos pantalones es que realzan los tobillos. A esto ayudan los accesorios y detalles en la prenda, como ruedos abiertos, cierres, flecos y decoraciones que vuelven la mirada hacia esa zona del cuerpo que apenas se podía atisbar hace siglos.
¿Que no se vea?
Antes había prendas de ropa interior que uno prefería ocultar bajo. ¡Que no se viera que llevaba un body! Pues bien, todo ha cambiado y el 2017 es para verse natural y sensual a la vez.
La lencería ya no será tan ‘interior’, todo lo contrario. “Esta temporada los diseñadores celebran la naturalidad y la desnudez”, asegura Gerd Müller-Thomkins, de un instituto de moda de Alemania. “Ya no hay que ocultar la ropa interior, es totalmente normal y por eso deja de ser un problema que se vea”, explica.
El modelo que irrumpe es el body sensual, de encaje y transparencias. Incluso reemplaza una camiseta. Alexandra von Richthofen, redactora de una revista especializada, recomienda combinarlo con un pantalón de tiro alto y un blazer. Pero también podría combinarse con una opción con menos tela: los bralettes, corpiños con mucho encaje sin aro, para mujeres de poco busto. Y si es demasiado atrevido, siempre puede elegirse un modelo deportivo que vaya con un pantalón o falda.
También hay alternativas para lucir la ropa interior sin dejar tanto cuerpo a la vista. En esos casos, Richthofen recomienda un bralette blanco, de encaje hasta los tirantes, que trasluzca debajo de una blusa blanca. Es un modo discreto de dejar entrever.
Sí habrá colores fuertes para los modelos deportivos. Ese diseño suele tener tirantes anchos y elásticos, estampados, logos y marcas muy visibles y tela transpirable. El mercado también ofrece lo opuesto: el estilo bondage. Son corpiños con nudos complejos, que mezclan encaje con seda y colores fuertes como el rojo y el negro. Suelen llamarlos strappy bras (con muchos tirantes). Hay quienes dicen que queda muy bien dejar que asomen los nudos por debajo de un top o una blusa. (I)