Los jardines de Pamella Roland
Una tarde de sofisticación fue el escenario para conocer la colección Resort 2018 de esta diseñadora inspirada en la naturaleza.
Históricamente, las colecciones resort han sido las más apetecidas por los jet-setters (personas con alto poder adquisitivo) que emigraban a sitios remotos para continuar con vacaciones de ensueño, como en las playas de Belice, Monte Carlo o la Riviera Francesa. Así escapaban del invierno en sus ciudades.
La necesidad de no encontrar ropa ligera para trasladarse al clima tropical ha hecho que esos diseños cada vez tomen más fuerza, desde que se convirtieron en una oportunidad de negocios en los años 20. Son colecciones flotantes entre temporadas que son presentadas cada año durante el mes de mayo en París, Tokio, Nueva York y otras ciudades emblemáticas de la moda. Luego llegan a las tiendas entre octubre y noviembre, cuando regularmente solo hay ropa de invierno en esas metrópolis.
Hace poco en Nueva York, con un calor de casi 35 °C, la diseñadora Pamella Roland nos invitó a ver su propuesta resort 2018 en la exclusiva tienda de joyería italiana Bvlgari (centro de Manhattan). Con toda la seguridad del caso y prensa exclusiva como Vogue, Harper y Metrovelvet, se reunieron clientes y amigos de Roland, entre ellos Vanessa Williams, actriz y ex Miss América. Entre champaña, exquisitos hors d’oeuvre y jazz, las modelos caminaron con los diseños.
Durante una breve entrevista, Pamella comentó que se inspiró en los jardines de su casa en Bay Harbor (Florida), donde el suave rosado y el amarillo la sacaron de su zona de confianza; al ver esa paleta en combinación con los grises, negros, azules y rojos reafirmó que su dirección era la correcta. Conocida por sus siluetas y su estilo muy glamuroso y hollywoodense, los 35 looks fueron complementados por la nueva colección Bvlgari.
Los diseños son suaves y con mucho movimiento, los cuellos en V profundos alargan el torso y crean una figura larga y estilizada con bordados de pedrerías creando un diseño exclusivo a mano. La sobriedad y sensualidad fueron manejadas con sutileza y elegancia que caracterizan a la mujer cosmopolita que se mueve en las esferas de la alta sociedad desde Nueva York hasta Bel Air o de Mónaco a la isla de San Martín. (I)