La dinámica de la infidelidad femenina
La infidelidad ocurre más en los hombres que en las mujeres, eso no es nada nuevo. Pero cuando la protagonista es ella, las razones, y los mecanismos, son muy diferentes que cuando lo realiza el hombre. Descontando las excepciones de rigor, a continuación se detallan algunas de las características que más llaman la atención en este contexto.
Para empezar, el primer objetivo no es el sexo, sino la conexión emocional (para un hombre lo físico es lo primero -y a menudo lo único). Por esta razón muchas veces un affair iniciado por una mujer puede durar años (estadísticamente tres veces más tiempo que cuando lo inicia un hombre), y como el manejo es muy sutil puede pasar mucho tiempo sin ser detectado. Incluso puede mantenerse exclusivamente a nivel emocional, usualmente con alguien cercano (en lo social, laboral, religioso, familiar).
También es digno de recalcarse que por lo general una mujer es infiel con alguien superior a ella y a su marido en estatus (al contrario de un hombre, que por lo general busca mujeres en inferioridad de condiciones). Adicionalmente, cuando una mujer inicia un affair no es raro que esté dispuesta a correr el riesgo de terminar su matrimonio, debido al alto componente afectivo de su decisión. La mayoría de las mujeres infieles toma esta decisión por sentirse infeliz en su matrimonio, de allí el alto contenido emocional del affair. Para un hombre es fácil separar la infidelidad de los problemas que pueda tener en casa.
Es significativo anotar que un alto porcentaje de mujeres infieles lo hacen para vengarse de acciones similares de sus maridos (y se sienten más atractivas, deseables, al hacerlo). Pero preocupa que cerca del 70% de hombres y mujeres admitan que engañarían a su pareja si supieran que nunca serían descubiertos. Más preocupante aún es el hecho de que entre el 2 y el 3 por ciento de los hijos de matrimonio tienen su origen en la infidelidad femenina.
Todo matrimonio empieza para siempre, pero casi la mitad fracasa. La infidelidad femenina casi siempre termina en divorcio (o en un infierno, que es peor). Es como para ponerse a reflexionar, todos, sobre cómo evitarla.
lsalmon@gye.satnet.net