Adolescente en depresión
Mi hija de 16 años tuvo una decepción cuando se enteró de que su enamorado había vuelto a consumir droga; en común acuerdo con los padres de él decidimos que esa relación terminara, pero veo en mi hija una depresión que oculta con una falsa sonrisa.
He intentado hablar con ella, llevarla al psicólogo, ir al sacerdote de confianza, pero ella se niega a hablar de sus sentimientos. He visto varias publicaciones en Facebook en las que deja ver su tristeza y frustración. Estoy preocupada, temo que haga una tontería y ya no sé cómo ayudarla. Necesito orientación urgente.
Mamá desesperada,
Guayaquil
Estimada mamá: Debo indicarle que una adolescente es una jovencita que tiene muchos cambios fisiológicos y psicológicos, debe enfrentar la necesidad de autoafirmarse y construir su propio yo. Con frecuencia sufre de desarreglos emotivos, lo que la hace actuar algunas veces cariñosa y otras distante o malhumorada. Presenta mucha imaginación y desea transformar su realidad. Los sentimientos de inseguridad fluyen con frecuencia. Angustia, depresiones y ansiedad emergen sin explicación alguna. Cuando todo esto se da dentro de los límites normales, no hay que preocuparse; pero cuando se torna exagerado puede volverse patológico.
Su hija, además de lo arriba indicado, se encuentra con el agravante de la frustración de una relación fallida, por ser su enamorado un consumidor reincidente de drogas. La decisión que tomaron ustedes como mayores, conocedores de la difícil tarea de rehabilitarlo, fue positiva, porque una persona de tan corta edad no se encuentra en posición de asumir una relación con un individuo que se rechaza a sí mismo, que tiene una vida llena de contradicciones, de conflictos, de vacío existencial, que trata de llenarlo con el consumo de estupefacientes y que es incapaz de establecer un vínculo afectivo bueno y, peor aún, con el inminente peligro de caer ella en esa condición.
Nos dice: “He intentado de todo, incluso llevarla donde un psicólogo”. Excelente idea, es lo que tiene que hacer para llevarla a la realidad. Un tratamiento psicológico es muy eficaz a corto y a largo plazo, porque ayuda a reducir el dolor, a comprender por qué tiene que dejar una relación sin futuro y le enseña las habilidades para enfrentar los problemas cotidianos. Aprende a relacionarse con otras amistades en un mundo más adecuado para ella. Reduce los síntomas de depresión, previene las recaídas y encuentra la solución a su conflicto.
Las terapias psicológicas no tienen el riesgo de los fármacos, y se utilizan cuando los problemas desbordan la capacidad de tolerancia de una persona, es decir que ella siente que le es difícil vivir con ese problema, y esto le causa mucha ansiedad y depresión. Espero haberla ayudado y que solucione adecuadamente la situación de su hija. (F)
Dra. Linda Coronel de Arias,
Psicóloga clínica.
Telfs.: 212-5681, 099-340-7550
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