Cansada de que le digan gorda
Tengo 16 años y toda mi vida me han llamado gorda. Desde que era pequeña, mi mamá me decía que era gorda y que me veía fea, que debería ser como mi hermana menor o mis amigas. Desde muy pequeña edad me puso en estrictas dietas. Yo me sorprendía cuando le preguntaba a mis compañeras de primaria si hacían dieta y ellas me decían que no y se reían. La señora que trabajaba en mi casa siempre se encargaba de recordarme lo gorda que era, llamándome cerda. Mi padre no opinaba de eso hasta un día en que me gritó que estaba gorda y que era horrible.
Tenía 13 años y eso me dejó muy marcada. Empecé a tener depresión y a cortarme. Bajé bastante de peso (lo cual hizo a mi mamá sentirse orgullosa). Cuando me recuperé, subí de peso y volvieron los comentarios y los gritos. Hace un año comencé a hacer un deporte superfuerte, que me hizo sacar músculo. Sin embargo, mi madre sigue diciendo que me ve gorda. Cuando me pregunta si es que he subido, y le dijo que sí, me grita. Si digo que no, dice que me ve obesa. No sé qué hacer. Es la primera vez que me siento medianamente contenta con mi cuerpo. Cada día me siento más insegura, hasta el punto de llorar cuando me veo en el espejo.
Cansada,
Guayaquil
La autoestima es el grado en que el individuo desarrolla el sentimiento de autovaloración o de su significancia. El valor que las personas se asignan a sí mismas depende en gran medida del valor que les han otorgado los miembros cercanos de la familia. De acuerdo con su narrativa, usted proviene de una familia disfuncional y conflictiva, ya que desde su niñez constantemente realizan críticas acerca de su contextura física, siendo una regla inflexible la delgadez como sinónimo de “belleza” y a lo largo de los años estas formas de interacción y comunicación no han variado, lo cual ha lesionado su autoestima.
Dentro del aspecto comunicacional usted utiliza un estilo aplacador, culpándose consciente e inconscientemente de no encajar dentro de los parámetros familiares y se anula como persona, las constantes críticas y agresiones verbales han generado en usted sentimientos de poca valía y una necesidad constante de aprobación, adoptando una posición de víctima suplicante y complaciente en dependencia de lo que digan otros sobre su persona, lo cual la ha colocado en una posición de inferioridad.
Por el contrario el estilo comunicacional de su progenitora en especial, el cual adopta el resto del sistema familiar, es culpabilizador, siempre en desacuerdo con usted y descalificándola de modo habitual. Mantienen una actitud impositiva, dictatorial y de superioridad en lo referente a su aspecto físico y las exigencias familiares para que usted encaje en ese molde que ellos idealizan.
Basado en su carta y en la situación límite que usted vive que incluso la ha llevado a autolesionarse, es necesaria una intervención familiar que posibilite un cambio comunicacional, trabajar en la expresión de afectos, entre otros aspectos que les permita entenderse y comprenderse y que esto a su vez facilite una convivencia familiar saludable.
En cuanto a su persona sería muy bueno que trabaje desarrollando los recursos personológicos que le ayuden a enfrentar este tipo de crisis. Afrontar situaciones como la que usted vive dentro del hogar no es sencillo, pero tampoco es imposible. Parta de un cambio de actitud, cambie su posición de víctima y sea dueña de sus actos y decisiones, proceda en base a lo que le produce bienestar espiritual, emocional y físico y no haga las cosas por complacer a terceras personas sino por satisfacción propia. Usted como mujer es valiosa, frente a su espejo cada mañana al despertarse dígase palabras que eleven su autoestima, resalte todo lo positivo que tiene, felicítese por cada logro y avance, pero sobre todo acéptese tal como es. Ese es el primer paso para lograr una buena autoimagen y eso la ayudará a relacionarse de igual a igual con los demás dejando atrás sentimientos de inferioridad que tanto la han afectado.
El pasado no se lo puede cambiar, pero transforme su presente dejando de prestar oído a las voces negativas que no la llevarán a nada bueno, escuche su propia voz y que esa fortaleza interna que usted posee, y que la ha hecho una superviviente, prevalezca para que logre salir adelante a pesar de cualquier obstáculo. (F)
Gustavo Vásquez Hernández,
Psicólogo clínico
Telf.: 099-339-6072