Confianza perdida
He terminado con mi novia de dos años. Fue una relación en la que me sentí confiado y lleno de seguridad los primeros meses, luego empecé a incomodarme con actitudes de ella que me hicieron sentir desconfianza y celos, no por lo que otros hombres pudieran decirle, sino por la respuesta de ella. Un día decidí revisar su teléfono y encontré mensajes con fotos comprometedoras con un compañero de trabajo y un exnovio. Mi chica no me estaba cambiando por otro, sino por otros. Encontré tres meses de conversaciones y citas. Estaba disponible en cuanto la llamaran.
Cuando la encaré, me respondió que eran amigos bromistas a los que les seguía la corriente y que no los había borrado para dejarme una trampa. Así que de ofendido me puso en el lugar del ofensor. Por poco le pido perdón y que empecemos de nuevo. Pero los mensajes me recuerdan que no le importan mis sentimientos.
La amo, pero volver sería entregarme a la burla y exponerme a una enfermedad venérea. Pienso que tomé la decisión más adecuada, pero tengo apego hacia ella, la extraño y no sé si vuelva a enamorarme de otra mujer.
Juanca,
Guayaquil
Estimado lector, si bien es cierto que la confianza es el pilar fundamental en las relaciones de parejas, no se la obtiene de la noche a la mañana, sino que se la va ganando día a día, y en base a una serie de acontecimientos que se van suscitando y a partir de los cuales vamos descubriendo la manera de ser, pensar, actuar, resolver y tomar decisiones del otro. Pero ella se puede ver trastocada si nos enteramos, como en este caso, de que la persona amada guarda para nosotros secretos, los que al ser descubiertos abren un sinnúmero de interrogantes y sospechas debido a lo capcioso, comprometedor e insinuante de los mensajes y fotos, a lo que ella llama “bromas entre amigos”. Al decir que “ella siempre estaba disponible en cuanto la llamaban”, hace pensar que no se trataba de simples bromas, y esto se presta para malas interpretaciones.
Si su deseo de volver obedece a sentimientos de amor por ella, esto estaría sujeto a la posibilidad o no de perdonar; no olvide que es posible que los miedos, los celos y la inseguridad vuelvan a instalarse en la relación. Debería analizar si es amor o apego lo que siente por ella, y por otro lado, si usted es correspondido. Para amar se necesita que ambos tengan los mismos sentimientos, de lo contrario no estarían más que postergando la finalización de la relación.
Existe una gran diferencia entre el amor o el apego. El amor es un sentimiento desinteresado, cuyo único objetivo es conseguir la felicidad del otro, sin importar que se encuentre cerca o lejos de uno. Es sacrificado, depone actitudes en favor de la complacencia del ser amado. No busca una persona para que llene el vacío y las necesidades que siente y tiene, sino la realización y el crecimiento de ambos. Cuando existe amor se tiene la tiene la capacidad de comprensión y de tolerancia. El apego es egoísta, busca a una persona solo para su beneficio, como un complemento, es controlador, dependiente; en él no hay libertad, porque lo que se desea es tener dominado y esclavizado al otro.
Deseo que usted tome la decisión correcta para su vida. (F)
Dra. Linda Coronel de Arias,
Psicóloga clínica, especialista en conflictos de pareja.
Telfs.: 212–5681, 099–340–7550.