Decisión definitiva
Soy una mujer de 25 años, casada y con un niño de 5 años. Con mi esposo podría decirse que llevo una vida tranquila con ciertos problemas económicos, pero tiene solución. Sin embargo, hay momentos que pienso que ya no siento lo mismo por él, porque hemos caído en una monotonía absoluta y a mí me gustaría emprender con él cosas nuevas y divertidas, lamentablemente tiene mal genio y, a veces, es un poco incomprensible. Hace tres años conocí a alguien en mi trabajo, un hombre de 40 años (casado y con familia) que nunca creí me llegara a interesar. Decidí hacer caso a sus atenciones, llevamos una relación prohibida de tres meses, me encanta platicar con él, nos reímos. En fin, me cae muy bien, pero siempre he tenido claro que no puedo llegar a más con él, se podría decir que tenemos una aventura del momento, pero veo que se está volviendo importante en mi diario vivir y que nunca imaginé sentir algo por alguien que no sea mi esposo. Esta persona me llama y me escribe, pero terminamos por lo incorrecto que son las cosas, pero no sé qué voy a hacer, pues sin querer ambos nos estamos enamorando o interesando más de lo que creímos en su momento, sabiendo que nunca puede ser algo más allá. Díganme qué hago, porque la verdad no sé qué hacer.
Alejandra,
Guayaquil
Usted tiene bastante clara la situación, está en un conflicto entre su emoción y su razón, y eso es bastante peligroso, lo prohibido siempre será deseado, una relación así no solo está idealizada, sino que acarrea mucho dolor a muchas personas incluida usted misma y él. Además de que es irreal. Le aseguro que el encanto se acabará. La vida no es una autopista que se cruza en un Ferrari, es un camino con trochas, obstáculos, baches y debe aprender a traspasarlos. Una vida tranquila con su esposo es algo que debe valorar, nadie es perfecto, el enamoramiento inicial da paso al amor verdadero y maduro, aquel en que podemos amar incondicionalmente, a pesar de los defectos; una cosa es ceder, llegar a acuerdos y a veces sacrificar y otra muy diferente es sufrir y veo que ese no es su caso con su esposo. Busque el amor, que ahí está, pero obnubilado por lo que está viviendo. Póngale usted a su matrimonio la emoción y diversiones que espera recibir y emprenda lo que quiere emprender, seguro que encontrará cómo hacerlo. Hable con su esposo lo que le está molestando y encuentren la manera de solucionarlo, usted quiere un consejo, pero lo mejor es que se oiga a usted misma y a su voz interior, cualquier otra cosa que haga será contraproducente y se estará traicionando a usted misma. Simplemente actúe y manténgase firme en su decisión, de lo contrario le aseguro que le vendrán tiempos muy difíciles y dolorosos.
Rosita Sánchez Laserna,
psicóloga y terapeuta familiar y del psicotrauma. Telfs.: 604-5371- 099-961-0288.