Experiencias paranormales

Toda mi vida he experimentado cosas paranormales en pequeña escala. Esto quiere decir que escucho que se sientan en mi sala, mueven cosas, y de niña me molestaban haciéndome asustar. Solo que cuando fui adolescente lo he ignorado y he seguido con mi vida. También debo decir que me han pasado cosas de Dios que no quiero especificar. Ahora a mis 20 y tantos años estoy en una posición desfavorable. Soy profesional y no he encontrado trabajo. La situación económica está mal en todo sentido y he tenido problemas familiares fuertes. Reclamos por parte de algunos integrantes de mi familia alegando que no he hecho nada por mi vida y que vivo ‘cómoda’ con mi situación laboral, económica y personal.

Estoy en un punto sumamente depresivo, debo recalcar que siempre he tenido un poco de depresión, pero jamás me he sentido tan vulnerable como ahora. Nunca pensé que a esta edad estuviera pasando por algo así. Antes mi familia era parte de mis triunfos y ahora la mayoría me ha dado la espalda, y lo más triste y fuerte que he podido pensar es en el suicidio. Y esas cosas paranormales me están molestando con más fuerza de lo normal y por primera vez me han hablado en mi habitación. Fue mientras dormía, esa voz era horrible en un lenguaje irreconocible, fue una palabra de dos sílabas, nada más. Esa voz me levantó aterrada y cuando abrí los ojos aún no dejaba de hablar. Pero claramente sentí que no era algo bueno lo que escuché y algo me decía que debía luchar, por eso mientras lo escuchaba, gritaba y salí corriendo. Le pedí a Dios que sacara eso de mi casa. Luego de ese episodio jamás volvió a ocurrir. Lejos de experimentar que me mueven cosas en la casa, que se sientan en los muebles, nunca he escuchado algo como eso. Estoy seriamente preocupada. Desde un tiempo acá solo tengo episodios de ansiedad y no puedo ni siquiera dormir como antes. De la nada se me vienen ideas horribles a la mente. Soy joven, simpática, inteligente y no estoy disfrutando para nada mi juventud. No bebo alcohol, no fumo drogas, llevo una vida saludable y me ejercito con regularidad. No sé qué es mejor para estos casos que no son tan “normales” que digamos, un psicólogo, un psiquiatra o un cura. Necesito ayuda.

Mónica,
Guayaquil