Falta de concentración

25 de Noviembre de 2012

Hace mucho tiempo leí una publicación de un chico que pensaba que tenía un coeficiente intelectual bajo porque no lograba retener cosas en su memoria, pero recibió ayuda y descubrió que su problema era de concentración. Actualmente siento que me sucede lo mismo. No logro concentrarme en algo o alguien a quien estoy escuchando, ya que rápidamente empiezo a pensar en otras cosas, hasta que me doy cuenta de que estoy divagando y cuando trato de volver a poner atención, ya he perdido mucho del tema. En el trabajo también se me olvidan ciertas cosas que debo hacer, por lo que he optado por anotarlo todo. Tampoco recuerdo cifras o nombres que aprendo en el día. Por ejemplo, si veo una noticia, recuerdo el contenido de una forma muy general, pero fechas y más detalles, me resultan difíciles, casi imposible. Lo peor es que me sucede de forma muy frecuente cuando estoy conversando, ya que olvido ciertas cosas que tenía planificado decir y digo todo al revés o se me olvida. Es muy vergonzoso ya que soy una profesional con un buen trabajo.

N.N.,
Guayaquil

Por lo que usted menciona parece ser que manifiesta dificultades en lo que denominamos funciones cognitivas dispersas: atención, concentración y memoria, las tres están íntimamente relacionadas, por lo que es importante determinar el origen del problema. Al parecer, por su trabajo debe atender diferentes asuntos y usted es una persona responsable, eficaz y eficiente, frente a ese nivel de desarrollo personal y profesional indiscutiblemente su cerebro debe funcionar de una manera rápida y al no poderlo hacer se genera entonces una dosis inadecuada de estrés y ansiedad; ambos también están estrechamente unidos. Debe buscar apoyos para liberar a su organismo y en especial al cerebro de los efectos que genera. Por ejemplo, establezca un orden de prioridades, no busque querer atender muchas cosas al mismo tiempo, y si es necesario hacerlo, trate de buscar apoyos físicos como bien lo ha estado haciendo: anotar datos básicos, repetir las consignas u órdenes, tanto oral como mentalmente. Los ejercicios de relajación también son de mucha ayuda, respirar profundo, despejar su mente y pensar en momentos o situaciones gratificantes. Si cuenta con tiempo, realice ejercicio físico, el movimiento externo también moviliza y activa nuestras neuronas, a más de que permite la eliminación de toxinas, los masajes relajantes indiscutiblemente le proporcionarán una sensación de bienestar. Le sugiero que busque la ayuda profesional apropiada y de seguro al iniciar un tratamiento específico podrá restablecer su nivel de desempeño.

Dra. Giselle Urquiza Tufiño,
psicóloga clínica-rehabilitadora educativa. Telf.: 098-872-9101.

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